28 jun 2012

La unión contra el Diablo mejor conocido.


Ricardo Flores Ríoblanco

Estamos a la vuelta de la esquina para las  elecciones en México y el ambiente político se pone cada día más turbio; mientras, el pueblo pobre: los 85 millones o más, continúa su miserable existir sin que ninguno de los candidatos le haga claridad de su situación actual y de cómo resolverla. Parece que la situación del pueblo no causa ni el más mínimo pesar entre los poderosos, los cuales se hallan en una guerra entre elites que buscan tomar las riendas del país para lograr que sus intereses prevalezcan por sobre los de la mayoría, una  lucha del poder, por el poder.

Los medios de comunicación hacen y dicen que informan, pero impera el más profundo silencio sobre esta guerra que puede resultar catastrófica para el país, siendo el pueblo pobre quien pague los platos rotos. Pero eso sí, se bañan con autoelogios de “objetividad y profesionalismo periodístico” al momento de desinformar al ciudadano.

“Izquierdismo” VS Televisa y Peña Nieto.

Poco se ha divulgado el hecho de que el candidato “amoroso” (AMLO), sostiene una relación de “amistad” con el empresario más rico del mundo que es de nacionalidad mexicana, hablo de Carlos Slim Helú; mucho menos se habla del hecho que Obrador ha prometido a dicho empresario que de llegar a la presidencia, obtendrá la concesión de televisión abierta para Slim, objetivo que no pudo alcanzar el magnate mexicano durante la administración panista debido a la unión entre Televisa y TV Azteca; se ve pues, que la relación de “amistad” es más de interés.

Obrador asegura que Televisa es la que ha creado a Peña Nieto, y que busca imponerlo como presidente, basándose en el hecho de que la empresa de televisión difunde al candidato como un “Barbie” humano dotado de cuantas cualidades posibles, haciéndolo así, un personaje de “telenovela” favorito para gobernar. Pero dicha crítica se le puede aplicar al “Peje”, pues durante su mandato como Jefe Capitalino utilizó a Televisa para enaltecer su figura cara a las elecciones presidenciales pasadas, gastando carretadas de dinero público para resaltar su imagen a través de las cámaras de esta empresa.

PAN, su existencia en juego.

Para el PAN las elecciones no tan sólo representan su posible salida de Los Pinos y el desclave de su poder político, representan también su posible desaparición como partido a nivel nacional. La alianza que realizó con el PRD en las pasadas elecciones del 2010 para gobernadores en diversos estados, develó que carece de una presencia real en el país, además de que el pueblo ya lo identifica como causante de su miseria, y al mismo tiempo como incumplidor de promesas de cambio, que nunca llegaron ni con Fox y mucho menos con Calderón a la cabeza.

Baja California, el primer estado que gobernaron como partido opositor, se encuentra sumido en la más lacerante pobreza, datos recientes por parte del Centro de Investigación y Estudios Superiores en Antropología Social (Cieses), dicen que más del 70 % de la población sufre de hambre aun teniendo un trabajo. Tan sólo en el último sexenio panista encabezado por José Guadalupe Osuna Millán, ha habido innumerables plantones y protestas por parte de diversas organizaciones, reflejando así el grado de descontento. Siendo este estado el bastión panista por excelencia, refleja al mismo tiempo, el modelo de gobernar del panismo, pues a las empresas se les facilitan todos los servicios, mientras al pueblo se le obliga a vivir en zonas de riesgo, casi a la intemperie. A nivel nacional, el panismo ha recibido más reclamos mediante marchas y plantones que ninguna otra administración presidencial haya tenido en la capital, el descontento contra el partido que prometió cambios pero que engañó al pueblo, es más grande y profundo de lo que se piensa.

El pueblo ha demostrado ese desprecio al PAN, castigándolo en las urnas; por ello quizás vio viable una alianza con su “polo opuesto” (PRD) para que sobre todo lo demás, continúe existiendo como partido y al tiempo, recobrar terreno perdido. La iniciativa para dicha unión la tuvo el PRD, cuando a finales de mayo la secretaria general del partido, Dolores Padierna, solicitó a la dirigencia nacional del PAN que declinase a favor de Andrés Manuel López Obrador para evitar el regreso del PRI, después se le sumarian varias figuras importantes del partido de “izquierda”. 

La unión PRD y PAN.

Ante el llamado del PRD, panistas salieron a decir  que la unión entre estos dos partidos para cerrarle el paso a la presidencia a Peña Nieto, era un “sueño guajiro”, pero en los hechos es tan real como la frase: “Seamos realistas y hagamos lo imposible”.

El surgimiento “espontaneo” del llamado movimiento #yo soy 123, es prueba de ello. Nacido de las entrañas de la Universidad Iberoamericana, el movimiento se dice apartidista, es decir que no apoya a ningún partido político y por consecuencia a ningún candidato político, pero si está en contra de uno en especifico: Enrique Peña Nieto.  

La Universidad Iberoamericana, tiene relación con el poder católico; creada por el sistema universitario de la orden de los Jesuitas en 1943 por medio de la compañía de Jesús en México. La orden de los Jesuitas,  de la cual escribiese Napoleón las siguientes líneas: “Los Jesuitas son una organización Militar, no una orden religiosa. Su jefe es el general de un ejército, no el mero abad de un monasterio. Y el objetivo de esta organización es Poder, Poder en su más despótico ejercicio, Poder absoluto, universal, Poder para controlar al mundo bajo la voluntad de un sólo hombre [El Superior General de los Jesuitas] El Jesuitismo es el más absoluto de los despotismos y, a la vez, es el más grandioso y enorme de los abusos”; es una extensión del poder papal a nivel mundial.

Aunque al pasar de los años la orden se ha abierto paso entre la sociedad moderna, otras le han suplantado en la actividad clandestina, como el Yunque. Es en la Ibero (como mejor se le conoce), donde cuadros políticos ultraderechistas reciben educación, Josefina Vázquez Mota estudió ahí, al igual que la hermana del Presidente,  Luisa María Calderón Hinojosa y el expresidente Vicente Fox.

El #Yo soy 132 se define como un movimiento sin liderazgos, pero a su vez cuenta con figuras tan reconocidas como el hijo de AMLO, José Ramón López Beltrán, que es parte del movimiento, entre otras figuras que pertenecen tanto a la derecha liberal como a la “izquierda”. Se ha denunciado que varios personajes vinculados con MORENA, participan como padrinos políticos del movimiento, hasta el nombre del actual Jefe Capitalino Marcelo Ebrard figuran en la lista. ¿Será por ello que la plaza pública de la ciudad se les facilite tanto?

El feo, el malo y… ¿el bueno?

La lucha entre las elites puede ocasionar una serie de acontecimientos en el país que pondrían en juego la de por si mermada estabilidad de la nación, y todo por no tener en cuenta la creciente desilusión de los mexicanos ante el modelo político del país, así como del modelo económico.

De los tres candidatos que más figuran en la lista, ninguno ha presentado una propuesta que se comprometa a cambiar de fondo las condiciones del pueblo trabajador y campesino mexicano, si revisamos, ninguno de los candidatos ataca la raíz del problema.

Todos coinciden en que México está mal, algo que la gente ya de por sí sabe, y no solo en eso, aseguran que el problema es la inseguridad, la corrupción, la impunidad, y hasta ahí. Ninguno propone distribuir la riqueza nacional entre el pueblo, vía obras publicas de impacto social que beneficien a las mayorías y la creación de empleos y junto con eso, la imposición de un salario más justo que permita al mexicano disfrutar de lo que crea con el sudor de su frente y al mismo tiempo, tener una vida más digna.



Al parecer nadie escucha al pueblo y por lo tanto pasan por alto sus necesidades más apremiantes, mientras, el trabajador, el campesino, el estudiante pobre, etc., pierde la confianza en “las instituciones”, pero no porque una figura mesiánica se los diga, sino porque la realidad se los afirma, realidad que se afirma en la baja participación ciudadana en la votación, ya que en los últimos años el número de abstencionismo  ha aumentado del 21, al 41% colocando a la nación entre las naciones con más abstencionismo en Latinoamérica (Dato: Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública CESOP).

El refrán reza: más vale diablo conocido que diablo por conocer; y sin embargo el pueblo de México  ya los conoce a todos, no cabe duda que quien se quede con la presidencia, tendrá una tarea delicada, y por lo tanto tendrá que proceder desde el primer momento con medidas que den resultados prontos, pues creo que el pueblo no está para más circo ni migajas de pan.