Ricardo
Flores Ríoblanco
Estamos a la vuelta de la esquina para
las elecciones en México y el ambiente
político se pone cada día más turbio; mientras, el pueblo pobre: los 85
millones o más, continúa su miserable existir sin que ninguno de los candidatos
le haga claridad de su situación actual y de cómo resolverla. Parece que la
situación del pueblo no causa ni el más mínimo pesar entre los poderosos, los
cuales se hallan en una guerra entre elites que buscan tomar las riendas del
país para lograr que sus intereses prevalezcan por sobre los de la mayoría, una
lucha del poder, por el poder.
Los medios de comunicación hacen y dicen que informan, pero impera
el más profundo silencio sobre esta guerra que puede resultar catastrófica para
el país, siendo el pueblo pobre quien pague los platos rotos. Pero eso sí, se
bañan con autoelogios de “objetividad y profesionalismo periodístico” al
momento de desinformar al ciudadano.
“Izquierdismo” VS Televisa
y Peña Nieto.
Poco se ha divulgado el hecho de que el candidato “amoroso” (AMLO),
sostiene una relación de “amistad” con el empresario más rico del mundo que es
de nacionalidad mexicana, hablo de Carlos Slim Helú; mucho menos se habla del
hecho que Obrador ha prometido a dicho empresario que de llegar a la
presidencia, obtendrá la concesión de televisión abierta para Slim, objetivo que
no pudo alcanzar el magnate mexicano durante la administración panista debido a
la unión entre Televisa y TV Azteca; se ve pues, que la relación de “amistad”
es más de interés.
Obrador asegura que Televisa es la que ha creado a Peña Nieto, y que
busca imponerlo como presidente, basándose en el hecho de que la empresa de
televisión difunde al candidato como un “Barbie” humano dotado de cuantas
cualidades posibles, haciéndolo así, un personaje de “telenovela” favorito para
gobernar. Pero dicha crítica se le puede aplicar al “Peje”, pues durante su
mandato como Jefe Capitalino utilizó a Televisa para enaltecer su figura cara a
las elecciones presidenciales pasadas, gastando carretadas de dinero público
para resaltar su imagen a través de las cámaras de esta empresa.
PAN, su existencia en
juego.
Para el PAN las elecciones no tan sólo representan su posible salida
de Los Pinos y el desclave de su poder político, representan también su posible
desaparición como partido a nivel nacional. La alianza que realizó con el PRD
en las pasadas elecciones del 2010 para gobernadores en diversos estados,
develó que carece de una presencia real en el país, además de que el pueblo ya
lo identifica como causante de su miseria, y al mismo tiempo como incumplidor
de promesas de cambio, que nunca llegaron ni con Fox y mucho menos con Calderón
a la cabeza.
Baja California, el primer estado que gobernaron como partido opositor,
se encuentra sumido en la más lacerante pobreza, datos recientes por parte del Centro
de Investigación y Estudios Superiores en Antropología Social (Cieses), dicen
que más del 70 % de la población sufre de hambre aun teniendo un trabajo. Tan
sólo en el último sexenio panista encabezado por José Guadalupe Osuna Millán,
ha habido innumerables plantones y protestas por parte de diversas organizaciones,
reflejando así el grado de descontento. Siendo este estado el bastión panista
por excelencia, refleja al mismo tiempo, el modelo de gobernar del panismo,
pues a las empresas se les facilitan todos los servicios, mientras al pueblo se
le obliga a vivir en zonas de riesgo, casi a la intemperie. A nivel nacional,
el panismo ha recibido más reclamos mediante marchas y plantones que ninguna otra
administración presidencial haya tenido en la capital, el descontento contra el
partido que prometió cambios pero que engañó al pueblo, es más grande y
profundo de lo que se piensa.
El pueblo ha demostrado ese desprecio al PAN, castigándolo en las
urnas; por ello quizás vio viable una alianza con su “polo opuesto” (PRD) para que
sobre todo lo demás, continúe existiendo como partido y al tiempo, recobrar
terreno perdido. La iniciativa para dicha unión la tuvo el PRD, cuando a
finales de mayo la secretaria general del partido, Dolores Padierna, solicitó a
la dirigencia nacional del PAN que declinase a favor de Andrés Manuel López
Obrador para evitar el regreso del PRI, después se le sumarian varias figuras
importantes del partido de “izquierda”.
La unión PRD y PAN.
Ante el llamado del PRD, panistas salieron a decir que la unión entre estos dos partidos para
cerrarle el paso a la presidencia a Peña Nieto, era un “sueño guajiro”, pero en
los hechos es tan real como la frase: “Seamos realistas y hagamos lo imposible”.
El surgimiento “espontaneo” del llamado movimiento #yo soy 123, es prueba de ello. Nacido
de las entrañas de la Universidad Iberoamericana, el movimiento se dice
apartidista, es decir que no apoya a ningún partido político y por consecuencia
a ningún candidato político, pero si está en contra de uno en especifico:
Enrique Peña Nieto.
La Universidad Iberoamericana, tiene relación con el poder católico;
creada por el sistema universitario de la orden de los Jesuitas en 1943 por
medio de la compañía de Jesús en México. La orden de los Jesuitas, de la cual escribiese Napoleón las siguientes
líneas: “Los Jesuitas son una organización Militar, no una orden religiosa. Su
jefe es el general de un ejército, no el mero abad de un monasterio. Y el
objetivo de esta organización es Poder, Poder en su más despótico ejercicio,
Poder absoluto, universal, Poder para controlar al mundo bajo la voluntad de un
sólo hombre [El Superior General de los Jesuitas] El Jesuitismo es el más
absoluto de los despotismos y, a la vez, es el más grandioso y enorme de los
abusos”; es una extensión del poder papal a nivel mundial.
Aunque al pasar de los años la orden se ha abierto paso entre la
sociedad moderna, otras le han suplantado en la actividad clandestina, como el Yunque.
Es en la Ibero (como mejor se le conoce), donde cuadros políticos
ultraderechistas reciben educación, Josefina Vázquez Mota estudió ahí, al igual
que la hermana del Presidente, Luisa
María Calderón Hinojosa y el expresidente Vicente Fox.
El #Yo soy 132 se define como un movimiento sin liderazgos, pero a
su vez cuenta con figuras tan reconocidas como el hijo de AMLO, José Ramón
López Beltrán, que es parte del movimiento, entre otras figuras que pertenecen
tanto a la derecha liberal como a la “izquierda”. Se ha denunciado que varios
personajes vinculados con MORENA, participan como padrinos políticos del
movimiento, hasta el nombre del actual Jefe Capitalino Marcelo Ebrard figuran
en la lista. ¿Será por ello que la plaza pública de la ciudad se les facilite tanto?
El feo, el malo y… ¿el
bueno?
La lucha entre las elites puede ocasionar una serie de
acontecimientos en el país que pondrían en juego la de por si mermada
estabilidad de la nación, y todo por no tener en cuenta la creciente desilusión
de los mexicanos ante el modelo político del país, así como del modelo
económico.
De los tres candidatos que más figuran en la lista, ninguno ha
presentado una propuesta que se comprometa a cambiar de fondo las condiciones
del pueblo trabajador y campesino mexicano, si revisamos, ninguno de los
candidatos ataca la raíz del problema.
Todos coinciden en que México está mal, algo que la gente ya de por
sí sabe, y no solo en eso, aseguran que el problema es la inseguridad, la
corrupción, la impunidad, y hasta ahí. Ninguno propone distribuir la riqueza
nacional entre el pueblo, vía obras publicas de impacto social que beneficien a
las mayorías y la creación de empleos y junto con eso, la imposición de un salario
más justo que permita al mexicano disfrutar de lo que crea con el sudor de su
frente y al mismo tiempo, tener una vida más digna.
Al parecer nadie escucha al pueblo y por lo tanto pasan por alto sus
necesidades más apremiantes, mientras, el trabajador, el campesino, el
estudiante pobre, etc., pierde la confianza en “las instituciones”, pero no
porque una figura mesiánica se los diga, sino porque la realidad se los afirma,
realidad que se afirma en la baja participación ciudadana en la votación, ya
que en los últimos años el número de abstencionismo ha aumentado del 21, al 41% colocando a la
nación entre las naciones con más abstencionismo en Latinoamérica (Dato: Centro de Estudios
Sociales y de Opinión Pública CESOP).
El refrán reza: más vale diablo conocido que diablo por conocer; y
sin embargo el pueblo de México ya los
conoce a todos, no cabe duda que quien se quede con la presidencia, tendrá una
tarea delicada, y por lo tanto tendrá que proceder desde el primer momento con
medidas que den resultados prontos, pues creo que el pueblo no está para más
circo ni migajas de pan.