4 abr 2012

El peregrino y la flor

Chünte' Wiñik


En el rincón de un lejano edén,
en un jardín encantador,
un desconocido peregrino
se encontró con una flor.

El peregrino lleno de emoción
se bañó en su dulce color;
con sus pasos al son de una canción
se acercó para contemplar la flor.

El peregrino perdió la razón…
Con las dos manos tomó la flor,
sintió latirle el corazón
al abrazarla con un tierno amor.

Fue un momento de emoción
como un relámpago al pasar.
Fue un crepúsculo; dulce sensación
en el alma del peregrino y la flor.