7 mar 2013

En Chihuahua se medra con la educación


Por Aníbal Barca

Hay quienes si medran con la educación de jóvenes de escasos recursos económicos, o como se conoce, con pobreza patrimonial.

Esta afirmación tan categórica se hace con fundamento en lo ocurrido a lo que hasta julio del año pasado (2012) se conocía como el sistema de Telebachillerato en el Estado de Chihuahua. El cual por decisión de un grupo de maestros-asesores y las autoridades educativas del llamado Estado Grande, acordaron el 3 de julio del año en comento, se transfiriera a casi la totalidad de los 114 centros educativos a un organismo descentralizado que el congreso estatal aprobó y que se denomina Preparatoria Abierta.

La intención de convertir a los Telebachilleratos de Chihuahua, en preparatorias abiertas, era asegurar la seguridad laboral de los 360 maestros-asesores que laboraban en dichos centros, demanda añeja que durante más de diez años de 2003 a 2012 buscaron afanosamente, sin lograrlo; solo un contrato de trabajo anualizado con las prestaciones mínimas de ley fue su único sustento legal de 2006 a 2012.

Sin embargo, en un hecho por demás vergonzoso, un pequeño grupo de maestros de forma unilateral y en franca complicidad con la autoridad educativa, decidió que lo mejor para esos 360 maestros y cerca de 5,500 alumnos, era convertirse en preparatoria abierta, “argumentando” que es una excelente alternativa educativa porque se estudia en dos años y como por arte de magia los alumnos salen con “todas las competencias” que la educación del nivel medio superior demanda.

Pero veamos de cerca las cosas. Es cierto que una premisa para que cualquier sistema educativo funcione bien, es la seguridad laboral de los mentores, en segundo lugar que los programas de estudio estén acordes a ese nivel y las condiciones materiales cubran los requerimientos mínimos, entre otras. Pues en el caso que se narra, sólo se buscó la seguridad de los docentes, sin importar que la edad promedio de los muchachos de bachillerato sea de 16 años y la preparatoria abierta desde su origen, está dirigida a muchachos que en promedio llegan a tener 20 años. Es decir, no importó dejar fuera de la educación escolarizada y semestral a los alumnos. No importó dejarlos fuera de toda posibilidad de transitar su bachillerato de manera natural y acorde a los demás subsistemas existentes, como Colegio de Bachilleres, Conaleps, Cbtas, por mencionar algunos. No importó que en muchos casos existan los edificios que con mucho trabajo y esfuerzo y a lo largo de casi 16 años se gestionaron y construyeron.

Los Telebachilleratos en Chihuahua surgieron en 1995 por medio de un decreto gubernamental con el objeto de abatir el rezago educativo que existía en las zonas marginadas de la ciudad y de la zona rural. Sin embargo desde su origen, adoleció de una estructura y ordenamientos para su crecimiento y consolidación, razón por la que se buscaba enérgicamente su transformación a un sistema que pudiera permitir este objetivo: la seguridad laboral de los maestros, la mejora sustancial de los edificios y el equipamiento necesario de acuerdo a la matrícula de cada lugar. Pero como de origen hubo deficiencias y solo se veía a este sistema de Telebachillerato como un botín político, donde ingresaban amigos y familiares de recomendados políticos en turno, donde se daba la simulación a mas no poder, donde se maquillaban cifras de alumnos e incluso se llegaba los martes y se retiraban los jueves los docentes, donde nunca se dio una real supervisión con base en un plan de trabajo y donde se comprometiera de forma real y eficiente el trabajo de los docentes, todo eso creo el caldo de cultivo propicio para que se fincara su desaparición y hoy día se presente otra vez el problema de un rezago educativo, solo que disfrazado y muy bien simulado: la preparatoria abierta.

En honor a la verdad, la preparatoria abierta en sí misma es una opción para aquellos trabajadores o adultos que por diversas razones no estudiaron su bachillerato o no lo concluyeron, ya que la norma para este sistema educativo, es presentar un examen cada cinco semanas y recibir una asesoría para contestar las guías que deben comprar para cada módulo. El sistema al ser modular, exige que si el alumno no acredita algún modulo, no puede seguir con el que sigue, así que es obligado pasar el examen, que es elaborado y calificado por un organismo que no está en la escuela donde se aplica dicho examen. Es decir, no hay necesidad de tomar clases, apuntes, hacer exposiciones, trabajos, tareas, periódicos murales, ni tampoco actividades paraescolares como danza, teatro, oratoria, declamación, canto, o educación física; es más ni siquiera ceremonias cívicas como los honores a la bandera semanalmente; nada de esto es necesario, solo acudir a presentar un examen y si lo pasan los alumnos, acreditan, sino, pues tendrán que pagar $55.00 por cada intento fallido.

Como puede verse, algunos que se hacen pasar por docentes, de forma impune y sin recato alguno, medran en complicidad con algunas autoridades educativas, con la educación de jóvenes de la sierra tarahumara y de las zonas marginadas de las ciudades de Chihuahua, al engañarlos por ofrecer un bachillerato que no cumple con las necesidades de su edad ni su perfil, so pretexto de que se estudia en menos tiempo (dos años) y es “más barato”. Se pasa por alto una de las premisas de la Reforma Integral de la Educación Media Superior (RIEMS) que es conformar un Sistema Único de Bachillerato que garantice una formación integral, donde los procesos de evaluación se hagan con base en un sistema de trabajo en competencias, que considere el saber, el saber hacer y el saber ser, a través de diversos instrumentos de evaluación como las listas de cotejo, las rubricas, los portafolios de evidencias, las simulaciones y los exámenes. En preparatoria abierta solo se califica con un examen.

Por todo lo dicho, queda evidente que para el gobierno del Estado de Chihuahua la educación media superior de calidad, semestral y escolarizada solo es para aquellos alumnos que acceden a los Colegios de Bachilleres, los demás que se conformen con la preparatoria abierta, los hijos de campesinos, obreros, trabajadoras domésticas, vendedores ambulantes y jornaleros, esos solo “merecen” una asesoría y un examen que deben pagar cada cinco semanas. Para ellos, solo medrar con su educación. Y los docentes que creyeron en los cantos de sirena de que “ya tenían su base” se quedaron como el “perro del hortelano” ya que a muchos los han ido eliminando quedándose de plano sin trabajo. Triste fin para aquellos que no se organizan conscientemente ni luchan a brazo partido por la educación de México.