Ortega de la Rosa.
El gobierno de los Estados Unidos de Norte América,
todas las instituciones y grandes corporaciones que lo conforman, estas últimas
compuestas y dirigidas por magnates y multimillonarios, son los actores
intelectuales y verdaderos responsables de los atentados del 11 de Septiembre
del 2001 y toda la serie de acontecimientos y crímenes mundiales que de ahí se
han derivado.
Diferentes organizaciones populares norteamericanas que se crearon a
consecuencia de los atentados del 11 de Septiembre, por mencionar las más
destacadas: AE911Truth, Scholars for 9-11 truth, Pilots for 9-11 Truth, todas formadas
y dirigidas por Arquitectos, Ingenieros Aeronáuticos, Ingenieros Civiles,
Físicos, Profesionistas destacados como James H. Fetzer (Profesor de Filosofía
de la Universidad de Minnesota), Kevin Barrett (Profesor de la Universidad de
Wisconsin) y escritores como Dave Griffin, afirman y sostienen que los
atentados del 11 de Septiembre fueron obra del mismo Gobierno, refutando las
declaraciones hechas y no comprobadas por las mismas autoridades: 19
secuestradores, dirigidos por Osama Bin Laden tomaron cuatro Jets con navajas,
mientras evadían el Sistema de Defensa Aéreo (NORAD) alcanzando el 75% de sus
objetivos. Estas organizaciones populares también comprueban por medio de sus
investigaciones que los edificios 1 y 2 del WTC (World Trade Center, por sus
siglas en inglés (Las Torres Gemelas) no pudieron ser totalmente derribadas a
consecuencia de los aviones que las impactaron, sino que una demolición
controlada fue la única forma que pudo hacerlas polvo. Otro hecho comprueba sus
afirmaciones, el desplome total del edificio 7 del WTC que ocurrió a las 5:21pm, seis horas después del colapso de las Torres
Gemelas. Este edificio era el más alejado de los que conformaban el WTC, no
había sufrido daños serios, ningún avión
lo impactó y se desplomó de la misma forma. También comprobaron que el avión
que impacto el Pentágono (Departamento de Defensa de US ubicado en Virginia) no
pudo haberse desintegrado por completo en el incendio producido por el supuesto
impacto, como afirmaron las autoridades.
¿Cuál es la verdad de todo esto? Estudios minuciosos, objetivos y
científicos hechos por eruditos, profesores destacados e investigadores de todo
el mundo, llegan a las mismas conclusiones. Las razones principales de los
atentados del 11 de Septiembre tienen un contenido económico y político, el
hambre insaciable del Gobierno imperialista estadunidense por expandir su
mercado, controlar gobiernos de otros países, adueñarse de sus recursos
naturales y perpetuar su hegemonía mundial no importando las repercusiones sociales,
materiales, naturales o ambientales.
Toda la estructura gubernamental de Norteamérica representa instituciones
y poderosas corporaciones como General Motor, General Electric, El Banco
Mundial, La Reserva Federal, La CIA, El Fondo Monetario Internacional (IMF), La
Organización de Comercio Mundial (WTO), importantes bancos como JP Morgan
Chase, corporativos de petróleo y gas como ExxonMobil, Halliburton,
corporativos de comunicaciones como Viacom, Clear Channel Comunications, News
Corporations, Cheif Information Officer CIO,
monopolios farmacéuticas así como de armamento militar etc., que controlan la
economía y política nacional e internacional estadunidense, todas estas dirigidas
por personalidades políticas, magnates y multimillonarios. En este contexto, es
imposible creer que el pueblo norteamericano sea quien verdaderamente por medio
de su voto democrático escoja a sus líderes y presidentes políticos.
Los atentados del 11 de Septiembre estaban calculados y medidos; después
de la guerra fría y la Guerra del Golfo, Norteamérica siguió buscando la forma
de tener y mantener el control político, económico y militar en el mundo, su
grupo de inteligencia, asesores gubernamentales y destacados influyentes como
el vicepresidente Dick Cheney, el secretario de Defensa
Donald Rumsfeld y el subsecretario de Defensa Paul Wolfowitz, después del 1991 siguieron formulando una estrategia para llevar acabo
tal finalidad, la cual consistía en regresar a Oriente Medio e imponer un
dominio total y así empezar a controlar los mercados, las economías y gobiernos
de Europa y Asia. Tal invasión tomaría lugar otra vez en Irak, eliminando a
Saddam Hussein y su fuerza militar como primer punto, dice en su libro “La
Tormenta que Amenaza” Kenneth Pollack (notable agente de la CIA y analista de
guerra). Sin embargo la estrategia seguía en proceso a puerta cerrada en el
Gobierno Norteamericano, argumentando que una coalición internacional sólo podía ser montada
para una guerra contra Al Qaeda y los talibanes en Afganistán, no una invasión
directa a Irak, y así quedó; Irak fue puesto en un segundo plano. La elección de George W. Bush fue el primer paso,
faltaba el pretexto nacional e internacional para llevar a cabo su plan, empezó
la propaganda mediática en el país norteamericano y en el mundo de “guerra
contra el terrorismo y contra los países que cuenten con armas de destrucción
masiva”… Después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 todo el
escenario estaba listo, justificada toda ofensiva e invasión por parte de los
Estados Unidos y sus aliados europeos a esa parte del mundo, so pretexto
también de promover la justicia y la democracia en Irak y en todo el Medio
Oriente.
El Gobierno Norteamericano no pudo medir la fuerza de los pueblos con los
que se estaba enfrentando, creyó que iba a ser fácil su derrota y los
beneficios sacados de estas guerras iban a ser mayores que sus costos, han
pasado ya 11 años de guerra, hasta la fecha han gastado cerca de cuatro
trillones de dólares (4’000’000’000’000) y no han podido tener control de esos
países. Los únicos beneficiados aquí son las corporaciones trasnacionales, por
mencionar algunas norteamericanas y cuanto han ganado en dólares gracias a esta
guerra: Halliburton 30’000 millones; ingeniería y construcción (WGI 20 millones)
(URS Corporation 15 millones), ExxonMobile 1.5 billones, Productos
Internacionales Americanos IAP 13’000 millones, etc. Los únicos perjudicados aquí
son los dueños de pequeñas y medianas empresas que no pueden sobrevivir a la alza
de precios, debilitando directamente la economía y las condiciones del pueblo y
llevándolo a una recesión, como en el caso de Norteamérica y otros países del mundo.
El descontento del pueblo norteamericano se hizo sentir en la reelección del presidente George W.
Bush en el 2004 quien perdió las elecciones frente a su contrincante John Kerry
y una vez más los magnates que controlan la política impusieron a W. Bush para
seguir con el plan. “El Gobierno de W. Bush” capturó y mandó a la orca a Saddam
Hussein el 30 de Diciembre del 2006, en el 2008, último año de la
administración de W. Bush la crisis económica y sus efectos ya eran una
realidad, el descontento popular seguía en aumento y los dueños del Gobierno
Norteamericano sabiendo de su debilidad económica y política a nivel nacional e
internacional optaron, por ahora, salirse del atolladero en el que se metieron
en los países del Medio Oriente, calmar el descontento y crisis nacional, implementando
algo que no se había visto antes en la historia de Norteamérica: una mujer (Hillary
Clinton) y a un afro-americano (Barak Obama) como candidatos a la presidencia,
pero, una vez más, plan con maña y a seguirle dando atole con el dedo a su
pueblo.
Memorial 9/11 |
Hace un año se dio la noticia oficial por parte del actual presidente
norteamericano Barak Obama que hay pruebas que ya lograron matar a Bin Laden, que
finalmente se hizo “justicia” a las cientos de víctimas que perecieron en los
atentados del 11 de Septiembre y a los miles de soldados que han muerto en
combate. Las guerras desatadas por los Estados Unidos y aliados Europeos han costado
la muerte de centenares de miles de personas en el Medio Oriente, entre
militares y civiles. Un reporte cifraba en el 2010 un promedio de 150’000
personas muertas tan sólo en el combate en Irak. Los daños materiales en Irak y
Afganistán hasta la fecha no se han podido calcular.
Estos hechos y la realidad hablan por sí mismas. La acción planeada y
llevada a cabo por el Imperialismo Norteamericano nunca fue con la finalidad,
ni mucho menos, de combatir al terrorismo o para defender la democracia, la paz
mundial, la injusticia social y los derechos humanos que tanto dice defender. No
son, sino las atrocidades, las injusticias, las irracionalidades y contradicciones
del capitalismo que tiene a este mundo de cabeza. Y es una muestra de lo caduco
e ineficiente de este sistema en decadencia.