29 jun 2013

La inexistente libertad de expresión para el proletariado

Alma Rojas

A principios del mes de junio se conmemoró el Día de la Libertad de Expresión, pero ¿En realidad existe esta libertad?

Con motivo de dicha fecha, los entes gubernamentales realizan celebraciones para los empresarios y trabajadores de la prensa, pero hay que recordar que la libertad de expresión no es privativa de los medios de comunicación, la libertad de expresión es uno derecho de todos los mexicanos.

Sin embargo, ¿cómo puede ejercerse si los medios de comunicación  son empresas titánicas que obedecen los designios del poder y el dinero? ¿Cuándo, por ejemplo, se reflejará la libertad de expresión del pueblo, si día a día ésta se confunde entre los intereses económicos de las clases dominantes?

La mayoría de los medios informativos se han dedicado a crear noticias que enarbolan los intereses de la burguesía, o a servir como carniceros para estos mismos.

Muchos periodistas, que ejercen en las zonas de mayor conflicto en el país,  opinan que no hay libertad de expresión, que está coartada, que la posibilidad de hacer investigaciones es nula, ya que se temen las represalias del gobierno y del crimen organizado. Que las informaciones son más difíciles de conseguir  que tomar una foto cuesta a veces una bala en el pecho o mínimamente una tunda.

Pero, ¿es su libertad de expresión la que se ve coartada?, o ¿es la de los intereses del medio en el que trabaja? En muchas ocasiones es la segunda opción.

Pero hasta los periodistas con más  de 20 años en el medio se ciegan y no alcanzan a ver que la verdadera libertad de expresión que es inexistente, es la del pueblo.

Claro, se habla del pueblo y de las injusticias que este soporta, en los diarios, los telediarios y las frecuencias de AM y FM, pero nunca se va a la medula del problema, que si no hay agua en alguna colonia, que si Panchito es un niño con discapacidad y no lo quieren atender en el seguro, que si el gobierno es culpable, que si los empresarios de buena voluntad han abierto un albergue para indigentes y de paso le han dado 20 mil pesos a Panchito para que se trate.

Pero, no se habla de los desfalcos en materia de mano de obra en las fábricas, no se dan cuenta que se trata a los obreros como animales, que en las empresas muchas veces no hay las condiciones de seguridad si quiera para laborar, que las actuales condiciones económicas en las que sobrevive la clase proletaria del país son infrahumanas, de eso no se habla.


Sí, los diarios hacen mofa de Granier y sus espectaculares gustos por la moda muy comparables con los de Imelda Marcos, (esposa de quien fuera por 21 años presidente de Filipinas Ferdinand Marcos) de lo robado cuando fuera gobernador, pero no presentan las grandes cantidades de dinero que los empresarios le roban a sus trabajadores en mano de obra, ni hablan o siquiera mencionan el tres por ciento que pagan las empresas por concepto de impuestos, cuando el ciudadano de a pie solo por impuestos de consumo paga alrededor del 17 por ciento en algunos productos.

La prensa se distrae en temas como las estándares de belleza en las mujeres, que las “cosifica” (las transforma en objetos) y replican los alegatos de algunas derechos humanistas en el sentido que  muchas de las muertes violentas de obreras se han dado por esta razón, cuando no ven que las muertes se han dado al salir en sus empleos en condiciones de inseguridad o que tiene que salir de madrugada por que doblan turnos, porque el mísero suelo que perciben no les alcanza, no ven que desde que el proletario se ve en la necesidad de rentar su mano de obra para vivir, es convertido por los capitalistas en cosas, desechables, rentables.

Y entonces me pregunto, la prensa que debería ser la voz del pueblo y no el eco del capitalismo, ¿busca libertad de expresión para sí mismos o para los estratos más humildes de la sociedad?