31 ene 2012

Las elecciones en Estados Unidos

Liseo González

Este año, es de elecciones en los Estados Unidos. El próximo 6 de noviembre, los americanos elegirán a su Presidente por los siguientes cuatro años. En la contienda, está Barack Obama por parte del Partido Demócrata (actual Presidente que busca la reelección), y del otro lado, hasta este momento, hay cuatro precandidatos del Partido Republicano. Dentro de los aspirantes republicanos, está el exgobernador de Massachusetts, Mitt Romney (uno de los favoritos); Newt Gingrich, expresidente de la Cámara de Representantes (otro de los favoritos); el ultraconservador Rick Santorum y el libertario Ron Paul.

Según las estadísticas, Newt Gingrich, está a la cabeza, pero es seguido muy de cerca por Mitt Romney; los otros dos aspirantes, aun están en la contienda pero con menos posibilidades de ganar. 
 
El candidato de los demócratas, Barack Obama, aun sigue en deuda con el pueblo norteamericano. Ese “cambio” tan esperado y con el que dio tanta esperanza a millones de ciudadanos deseosos de dejar atrás la administración conservadora de George W. Bush, con sus múltiples guerras y con una crisis económica en puerta, aun no llega. Aquella política de dominación se mantiene. Cierto es que durante su administración, Obama ordenó el retiro de las tropas de Irak, pero Washington sigue manteniendo “una fuerte presencia diplomática” en aquel país, así lo destacan algunos medios. En el caso de Afganistán, se anunció el retiro de las tropas para antes del 2014; esto obedece, según los analistas, a lo prolongado del conflicto, que si bien consiguió el asesinato de  Osama Bin Laden, ha representado numerosas bajas de uniformados y el territorio se presenta ingobernable a los invasores. A esto se suma la intervención militar de EU en los conflictos del norte de África, y actualmente, las tensiones que mantiene con Siria e Irán; a donde ya ha empezado a mandar buques de guerra. En cuanto a Latinoamérica, sigue con el bloqueo a Cuba, al tiempo que refuerza su retorica  hostil contra los gobiernos populares de Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua. El asunto migratorio sigue pendiente; por ejemplo, se rompió el record de deportaciones  en 2010 al repatriar a  400 mil indocumentados.

Con respecto a los precandidatos del Partido Republicano, vienen con el mismo discurso, aunque con una línea más radical.
Mitt Romney, por ejemplo, advirtió que expulsaría a  los cerca de 11 millones de inmigrantes indocumentados, mexicanos en su mayoría. Y que además, vetaría el proyecto Dream Act, el cual busca legalizar a unos 800 mil estudiantes indocumentados.

Newt Gingrich ha sido muy criticado por su doble moral. Recordemos el caso Bill Clinton-Monica Lewinski, al que criticó muy duramente, al mismo tiempo que mantenía un amorío con su asistente, ahora su tercera esposa. En materia de inmigración, la posición de Gingrich, a pesar de ser republicano, no es tan dura como la de Romney; su prioridad, ha dicho, será controlar la frontera con 23 mil elementes del Departamento de Defensa.

 NewtGingrich (Izquierda); Mitt Romney (Derecha)

Sin duda, estas elecciones tendrán gran impacto a nivel mundial. Los tiempos actuales son críticos, y estamos viviendo un periodo de crisis económica; de conflictos sociales; de cambios climáticos; de levantamientos armados,  guerras “civiles”,  y también, a  un lamentable paso de una guerra nuclear. 

Dentro de la nación norteamericana, enfrentan una severa crisis económica y un endeudamiento de cerca de $15.003 trillones. La tasa de desempleo está por encima del 10%; y se vive un gran descontento social que se ha extendido a las más importantes ciudades y sigue creciendo diariamente.
Hasta el momento, la administración de Obama ha seguido la misma política internacional, aunque con un tono menos radical y burdo que la administración de su predecesor, George W. Bush. Y por lo que se advierte, pretende seguir con esa misma política en caso de ser reelegido. Pero en caso de que suceda lo contrario, los republicanos buscan volver a la vieja línea radical y conservadora que tanto defienden. Ya lo atestiguaremos en noviembre.

Migajas para los hambrientos.



Por: Ricardo Flores Rioblanco

Chihuahua, se convierte de pronto en un Estado que refleja ante el mundo la precaria situación en la que se encuentra nuestro país; y como maniobra para paliar el descontento y que vean que “se hace algo” por parte de los gobiernos Estatal y Federal, se inicia una campaña por medio del aparato de difusión, distracción, embrutecedor  y manipulador de conciencias  de los poderosos (los medios de comunicación), que anuncian ayuda para los pueblos indígenas de la ancestral tribu Rarámuri, ubicados en la Sierra Madre Occidental; los cuales, y a pesar de que vivimos en pleno siglo XXI, siguen siendo tratados como  antes de la gesta revolucionaria de 1910.  


Se sabe desde hace tiempo, que Chihuahua lleva años sin atender a estas comunidades indígenas, sin embargo, “la nota” tomó vuelo en la segunda semana de enero, cuando el Gobernador priista Cesar Duarte negó que hubiera suicidios derivados por el hambre entre los Tarahumaras; esto a raíz de que Ramón Gardea, miembro del Frente Organizado de Campesinos Indígenas,  denunció  que hasta diciembre del 2011, se habían registrado 50 muertes ocasionadas  por la desesperación y “tristeza de no tener que dar a comer a sus hijos” en las comunidades de la sierra, declaró en entrevista Gardea.

 Ramón Gardea, miembro del Frente Organizado de Campesinos Indígenas.


Después de que el gobernador negara los señalamientos, Ramón Gardea ratificó lo dicho, y denunció que éste asunto se sabía desde el 2010, cuando la cifra de suicidios por hambre fue más alta aún, siendo en aquel entonces 75 las muertes. La respuesta del Gobierno Estatal de Chihuahua, después de las duras declaraciones,  fue insensible, fría, condenatoria y hasta despreciativa hacia las comunidades indígenas, pues, dijeron en su comunicado oficial, que, “Sólo el que no conoce la idiosincrasia de la raza Tarahumara podría creer semejante versión”, a lo que agregó, “su formación en la dureza de la sierra, los hace hombres y mujeres con un temple a toda prueba”; lo que quiere decir, que  ellos conocen  acerca de las condiciones durísimas en las que viven los indígenas, pero que de acuerdo a su concepción de esta noble raza que tiene “hombres y mujeres con un temple a toda prueba”, ¡pues que aguanten!


Las declaraciones del líder campesino fueron mas allá, dijo que derivado de las sequias y de la falta de apoyo por parte del Gobierno Federal, los indígenas no podían ni siquiera cultivar para su autoconsumo, además, de que sus artesanos (por cierto muy reconocidos por sus habilidades), eran tratados como peones del siglo XIX, pues aseguró, las tiendas de raya aun existían; además de señalar  que sus condiciones de vida  son precarias e inhumanas, sobre todo, en estas épocas de frío, cuando las temperaturas en la sierra bajan a menos cero grados centígrados. 

 Indigenas Tarahumaras.


El pueblo Tarahumara ha sido obligado a vivir en las sierras; despojado de sus tierras y víctima  de abusos contra su raza por la mano del “hombre civilizado”; vive en zonas totalmente marginadas, sin ningún servicio o acceso, pues se sabe que se tendrán que utilizar helicópteros para llevar los alimentos de “ayuda”, que más bien, son migajas para un pueblo que necesita progreso, desarrollo y  tecnología para hacer que sus tierras sean productivas; la marginación a la que ha sido sometido, lo está llevando al exterminio colectivo, algo que nuestra clase política tendrá que responder algún día, primero, ante el pueblo que pedirá justicia (de una manera u otra manera), y después, ante la historia, que guardará  un lugar para ellos en la lista de genocidas.

Vivir

Ortega de la Rosa

Cada tiempo que se vierte
llena lo hermoso de la vida
y le da fuerza a nuestra propia voz;
y vamos descubriendo paso a paso
lo que hay detrás de cada herida,
lo que hay detrás de nuestro corazón.

24 ene 2012

Necesidad de cambio

Liseo González

Actualmente, nos enfrentamos en diversas dimensiones y géneros, a muchos cambios y problemas tanto sociales como naturales. Y tal vez, por ser tantos y tan graves, nos sea complicado determinar  cuál nos afecta más, y por lo tanto, cuál debemos resolver primero; pero por algo tenemos que empezar.

Uno de esos problemas es la pobreza, que aqueja a la mayoría de la población y que cobra innumerables víctimas inocentes todos los días. ¿Y esto por qué? Veamos algunas cifras: desde 1950, la población mundial se ha triplicado. En la actualidad somos más de 7 mil millones de habitantes; de ese total, el 70 %, o sea, cerca de 5 mil millones de personas, vive por debajo del umbral de la pobreza.

El dato más amargo, es que la mitad de los pobres del planeta viven en países ricos (México, por ejemplo, es un país rico en recursos naturales y de sus 113 millones de habitantes, 75 millones están en la  pobreza). La forma de desarrollo mundial no ha cumplido sus promesas, o mejor dicho, solo unos cuantos la han disfrutado y se han enriquecido de ese desarrollo. En 50 años, la diferencia de riquezas ha aumentado como nunca, en la actualidad, la mitad de las riquezas están concentradas en manos de los más ricos.

Una de las consecuencias de esta desigualdad, es el desplazamiento de más pobres hacia las zonas urbanas; la gente de los campos huye por las dificultades económicas y este desplazamiento se traduce en más gente viviendo en condiciones precarias, insalubres y sobrepobladas, sin acceso a lo más común y elemental. En pleno siglo XXI, casi mil millones de personas son victimas de la pobreza extrema.

Lo que pudieramos resumir hasta aquí, es que hemos avanzado científica, económica, tecnológica y productivamente, pero los beneficios de esto son aprovechados por una ínfima minoría, es decir, no se reparte equitativamente lo creado por todos.

En México, la situación no es muy diferente, y hay que añadir a esto la sequia que se vive en el norte del país que afecta a 18 estados; también, el clima de violencia (el narcotráfico), que ha sido atacado tan burdamente y que no ha hecho más que empeorar. En cuestión económica, nuestra  economía no crece, o por lo menos, no al ritmo que necesitamos; no se generan los suficientes empleos y los que hay no están bien remunerados; padecemos una grave dependencia de Estados Unidos (el 90% de lo que exportamos va para EU). En otras palabras, carecemos en México de una política económica armada científicamente, para superar nuestras debilidades y meter al país en un círculo de crecimiento y desarrollo, algo difícil pero no imposible.

La única solución está en el cambio del modelo económico. Necesitamos un modelo económico que apueste por el mercado interno, que genere empleos y eleve el poder adquisitivo de los trabajadores (aumento de salarios) y que no dependa de una economía tan enfermiza como la de EU. Lo que la experiencia nos ha enseñado, es que el actual modelo económico es ineficiente, altamente excluyente y que beneficia solo a unos cuantos.


Lo que se debe hacer no es atacar la pobreza extrema, sino la riqueza extrema, con lo que habría una mas justa distribución de la riqueza. Tiene que haber un cambio radical, si realmente se quiere resolver esta problemática. Hay que desarrollar el mercado interno, y esto no quiere decir que sólo se apueste por la producción nacional, sino también por el consumo, y para eso debe haber buenos salarios y  más empleos. La solución, entonces, para México y el mundo está en el cambio y en una mejor distribución de la riqueza.

Seguir siendo indiferentes y conformistas o fundar nuestra esperanza en un individuo, creyendo que él nos traerá la solución, es faltar gravemente a la historia. El momento de comenzar a hacer algo fue ayer, pero aun estamos a tiempo.

Soy

Ortega de la Rosa

Soy yo, un ser que siente y que ama,
Que sufre y que llora, que ríe y añora,
Que sueña y anhela, que emprende y alcanza.

Soy un ser, como todos los seres,
Que sienten y aman, que sufren y lloran,
Que ríen y añoran, que sueñan y anhelan,
Que emprenden y alcanzan…


Esta noche no dormiré

Por Hilda García/Liseo González.

“Sueño despierto y despierto teniendo;
despierto soñando y me levanto queriendo;
quiero soñar y me despierto.”

Lidia terminó de recoger  sus cosas, se metió en la cama y se dispuso a soñar. Antes de cerrar los ojos, destinó cinco minutos a pensar (una práctica cotidiana). Pensó en lo que había hecho y en lo que haría el siguiente día. Pasados esos minutos, el cuerpo sintió vencido y los parpados pesados, estaba lista. Entonces, se aferró a la almohada cual naufrago en el mar y se dispuso a navegar en un mar de sueños.

El cuarto permaneció en silencio por un segundo, hasta que el leve tic tac del reloj lo inundó todo. Enseguida, el ruido de los carros y la pesada lluvia le hicieron eco. Todo se llenaba de un suave e incesantemente arrullo. De pronto, el silencio se rompió. Lidia despertó y en un movimiento instintivo, miró hacia la ventana. Tal vez soñaba con alguien y sintió que la esperaba, quizás la despertó la lluvia que tanto la alegraba o simplemente algo la embargaba.

Caminó hacia la ventana y recogió la cortina, se reclinó un momento y contempló la noche y la lluvia.

Lidia era una persona baja de estatura y muy sencilla, que le encantaba sonreír. Tenía bastantes quehaceres, algunos poco comunes para alguien de su edad. Recordaba como la vida le había exigido madurar deprisa y la infinidad de tropezones que le había provocado. 

Las noches de su juventud habían sido y seguían siendo largas. No siempre lo fueron, pero por lo general lo eran. Habían sido muchas las noches bajo la luz de las estrellas, que la contemplaban y le sonreían esplendorosas viendo como sus horas nocturnas se consumían. Ella disfrutaba las noches al ritmo de la música, al sonido de las letras y al compás de las teclas de la computadora. Su mente reconocía aquel ritmo, era como si el ritmo de las teclas le marcara el ritmo que debía seguir para concluir su jornada. 

También, recordaba esas noches cuando el desvelo y el cansancio eran insoportables y no le permitían continuar, ella entonces se tiraba sobre la cama y su cuerpo reposaba a la deriva en un mar de sabanas y almohadas.  Había noches menos afortunadas, en las que tenía que luchar contra la resequedad de sus ojos, el pesado cansancio y continuar. Lo bueno de esto, es que esa suerte floja que de cuando en cuando la seguía, le encontrada alguna alma despierta que la acompañaba en sus desvelos, y así, con el calor de esa lejana compañía, se le hacían las noches menos pesarosas. 

Seguía recordando todas esas noches, cuando a su mente vino el sueño del que tan aparatosamente se despertó y por el cual se encontraba meditando frente a la ventana. Soñaba que el sueño de su vida se le había presentado y que en un ataque de emoción se lanzó tan estrepitosamente por él, que no pudo evitar un golpe frontal. Esto fue lo que la despertó, ya que ella no quería un sueño fácil, sino que quería construirlo y mantenerlo vivo. Ella quería construir su sueño y no alcanzarlo de un salto que podría ser fatal. Por ahora, seguía frente a la ventana…sin dormir, contemplando la lluvia y pensando en las futuras noches de desvelo.

Los medios y sus cortinas de humo.



Por: Ricardo Flores Ríoblanco


Hay mucha difusión sobre el número de muertes que han provocado los seis años de mandato de Felipe Calderón, sin embargo, todo esto deja una realidad olvidada que aterra y provoca más espanto que la cifra de cincuenta mil victimas. Me refiero a la cifra de pobres que hay en el país; a la cifra de desempleados; al número de comunidades marginadas que habitan las periferias de las ciudades y del campo y que viven en condiciones infrahumanas; a los jóvenes que no tienen oportunidad de estudiar o trabajar y en general a las estadísticas que indican que la población mexicana vive en una, ya casi, intolerable desigualdad.


Son esos los temas que no se abordan en los medios de comunicación, temas que por su delicadeza, agitarían y pondrían en tela de juicio nuestro sistema económico y político actual,  el cual permite que más de la mitad de los mexicanos viva en una lacerante pobreza, mientras que por otro  lado tengamos a los hombres mas ricos del mundo, y digo tengamos, pues, no tan solo tenemos al empresario que destaca en la bolsa de valores de Wall Street, sino que  también tenemos al narcotraficante que, aunque visto mal,  aparece en la  revista Forbes como uno de los hombres más poderosos del mundo.


Recientemente aplicó en el país otro “gasolinazo”, el décimo segundo, de lo que se puede deducir que habrá incremento en la canasta básica y en los demás productos; esto en un país  donde recientemente la Comisión Nacional de Salarios Mínimos incrementó el salario en 4.2% en total, un aumento de ¡2.63 pesos! Vaya miseria. Y de eso, los medios casi ni hablan.


¿Y qué pasa cuando el pueblo se lanza a las calles para exigir lo que por derecho les corresponde: vivienda justa y decorosa, servicios, educación, salud, etc.? Los medios velando por el derecho de transito de los señores automovilistas, piden regulaciones a las manifestaciones públicas, e incluso, algunos más radicales piden cárcel y represión, como la ocurrida en Guerrero contra los estudiantes. Pero, ¿por qué no alzan así la voz contra el incremento a las gasolinas si es que tanta preocupación tienen por los automovilistas y por la población en general?,  ¿Será que su libertad de prensa está mas atada al poder y sus intereses que a la “libertad”?


En un año de elecciones presidenciales, creo que los medios se encargan ya de incidir en las mentes de los votantes y la opinión pública, pues generan la idea de que lo imprescindible para el país es un cambio de estrategia en la lucha contra del crimen organizado; aparecen ya los candidatos asegurando “mano firme contra el narco” y “respeto y aplicación de las leyes” y demás eslóganes, se busca generar la idea de combatir un efecto de los muchos  que ocasiona la desigualdad social, más no cambiar la causa de esa desigualdad, que no es otra mas que la mala repartición de la riqueza nacional y la falta de aplicación a los derechos humanos básicos por parte de nuestros gobernantes: vivienda, salud, educación, trabajo, etc.


Así pues, en el arranque de este año en nuestra tierra árida de justicia social y llena de contradicciones casi bíblicas, nuestro gobierno se muestra incompetente a resolverlas; las cortinas de humo que buscan cubrir la pobreza, son quizás más peligrosas que la misma realidad, pues, en estos días de sufrimiento y hambre, al pueblo mexicano no le va importar tanto quien combata más eficazmente al crimen organizado, sino quien lo conduzca con eficacia, honradez, y decisión profunda, respondiéndole a él y no a una elite, en cuanto a sus necesidades. De otra manera, la paciencia al pueblo pobre se le agotará, pues el hambre, la injusticia y la represión hacen del hombre un ser peligrosísimo.    

¿Crisis alimentaria o injusticia?


Por Hilda García.

En el norte de la república, se está viviendo una sequia que ha provocado una crisis alimentaria. Hay 18 estados afectados, es decir, 40% del país; entre los estados más afectados están: Chihuahua, Zacatecas, Aguascalientes y Durango. Y se ha advertido que de no tomarse las medidas necesarias, esto podría extenderse hasta el siguiente año. Pero, ¿es verdaderamente la sequia la causa de esta crisis alimentaria?

Recordemos, que comenzando el 2012 se presentó un incremento a los precios de los productos y servicios; el aumento de productos básicos: arroz, maíz, frijol, huevo, etcétera, vino  a empeorar la situación de millones de pobres, sobre todo a los habitantes del norte del país, obligando a muchos indígenas y campesinos a ir a las ciudades en busca de empleos y alimentos y que muy  seguramente, obligará a muchos otros a emigrar a Estados Unidos, algo nada nuevo, pero que drásticamente aumentará. La falta de empleos, el aumento a productos básicos, las sequias y las malas políticas, han derivando en algunas regiones del país en situación de hambruna, una de ellas es la región tarahumara, que está sufriendo desabasto de maíz y frijol, productos de consumo básico para esta comunidad; aunque debemos recordar que no son los únicos en esas condiciones, pero son los que los medios de comunicación se encargaron de mostrarnos a lo largo de la semana.

Esto se disparó cuando llegó la noticia de que grupos de indígenas de la etnia raramuri se estaban suicidando por falta de alimento. Entonces se inundó estas comunidades con reporteros, funcionarios públicos, políticos y hasta el mismo Presidente de la república, que pasó la noche en una de esas comunidades de las sierra, para compartir la pena de los indígenas, ¡vaya acto de sensibilidad del Presidente!

Pudimos ser testigos de  niños mugrosos, descalzos, llenos de piojos y desnutridos; de familias completas viviendo en las perores condiciones, es decir, pudimos ver el crudo rostro de la pobreza. Por ahora y gracias a la ayuda, sabemos que estos indígenas hoy se les llevarán unos cuantos granos de maíz y frijol, pero el problema no se ha resuelto, o al menos, nadie se ha pronunciado y propuesto algo. Aunque nada nos sorprende esta práctica, lo que más duele, es que sólo se den sedantes cuando se necesita hacer una operación.


Esta desgracia, que ahora viven los rararumi y los cien mil Tarahumaras que habitan en Chihuahua, es la misma que padecen miles de indígenas de Guerrero, Oaxaca, San Luis Potosí, Hidalgo y muchos otros. Lo de la Sierra Tarahumara, no se trata tanto de falta de lluvias, sino del despojo, olvido y violación de los derechos de los indígenas.

Es verdad que la sequia ha venido a agravar esta crisis alimentaria, pero la injusta distribución de la riqueza más la incompetencia de nuestro gobierno para atacarla, se han encargado de hacerla más grave y profunda. No basta con que se asombren los políticos de la  pobreza y pongan el grito en el cielo, sino que lo que el país exige son soluciones concretas. Pero con un modelo económico tan ineficaz y con tan injusta distribución de la riqueza, dudo que lo logremos resolver.

17 ene 2012

Irán y el acoso norteamericano.



Liseo Gonzalez

En su reciente visita a algunos países de Latinoamérica (Venezuela, Nicaragua, Cuba y Ecuador) el presidente iraní Mahmud Ahmadineyad, recalcó la necesidad que tiene el mundo de buscar un nuevo orden social, más justo, equitativo y solidario. Y planteó como única alternativa la unidad entre las naciones.

En su visita que inició el pasado lunes 9 de enero en Venezuela; que continuó por Nicaragua, donde asistió a la toma de protesta de Daniel Ortega; siguió por Cuba, en donde tuvo un encuentro con el líder de la revolución cubana Fidel Castro y una mesa de negociación con el Presidente de los Consejos de Estados y de Ministros, Raúl Castro; la gira concluyó el jueves 12 de enero con un encuentro con Rafael Correa, presidente del Ecuador.

En esta gira, Irán logró diversos acuerdos, en materia tecnológica, de cooperación petrolera y de colaboración en general.

El asunto bélico casi ni se tocó durante esta gira, pero actualmente Irán libra una lucha contra los bloqueos y sanciones impuestas por Estados Unidos y algunos países de Europa (Dinamarca, el ejemplo más reciente). La situación política creada en torno a Irán y el riesgo latente de una guerra nuclear nos involucra a todos; la especie humana en su conjunto está siendo amenazada por este delicado asunto.

Recordemos que durante la segunda guerra mundial y en un absurdo y obsesionado intento por ganarla, las potencias mundiales usaron toda clase de armas, incluidas las biológicas y asfixiantes, que después fueron prohibidas. Pero los avances tecnológicos, sumados a la pugna de intereses y las grandes ganancias que deja el mercado de armas, indujeron a la creación de armas más inteligentes, eficaces y destructivas, armas que en cuestión de segundos pueden exterminar poblaciones enteras. La triste prueba de esto, es Hiroshima y Nagasaki (6 y 9 de agosto de 1945) donde bombas nucleares acabaron en un instante con la vida de miles de hombres, mujeres y niños. Y una vez más, es a este grave riesgo al que nos enfrentamos.

A estas alturas de la historia y siendo testigos tantas veces de los métodos y de las ambiciones de las presentes hegemonías, sería muy ingenuo pensar que las intenciones de Estados Unidos, la civilizada Europa y compañía en contra de Irán, se reducen, simplemente, a salvaguardar a la humanidad del “peligro” que esta nación representa para el mundo. Israel, por ejemplo, ha pedido abiertamente la inmediata intervención militar  en contra de Irán. Y se sabe que el propio Israel posee miles de armas nucleares y nadie, absolutamente nadie, mueve un solo dedo para señalarlo y condenarlo, ¿o será que las armas nucleares que posee Israel no representan un peligro latente para la humanidad? 

Desde luego que nada asombra la copiosa e insistente campaña en contra de Irán y su proyecto de enriquecimiento de uranio (que Irán clama, no es con fines nucleares), lo que no deja de asombra es esa cínica tranquilidad con que pasmosamente se exige el desarme de otros países sin exigirse a ellos mismo tal desarme. 

Finalmente, este conflicto nos demuestra la inescrupulosa insistencia de Estados Unidos y compañía, de seguir sometiendo y dominando al mundo (ejemplo reciente, Libia); se siguen negando a ver pueblos soberanos y progresistas, que desean acabar con la tiranía impuesta y salir adelante. Y dejan claro que en esta grave y desenfrenada carrera por someterlos no les importa poner a la humanidad al borde de un precipicio. 

Ante tan grave problema, la unidad y la fraternidad entre los pueblos es y seguirá siendo, la única alternativa para no permitir tan trágico final, y así será.

Necesidad


I
 La gran masa
Por Dédalo de la Fuente

Eran las 5:30 de la mañana y el crepúsculo empezaba a desvanecerse, la temperatura era fría como aquella que logra enrojecer las mejillas y que cualquiera que no conociese al país  diría que se encuentra en tierras árticas.

-No pasa la combi –decía Michel con impaciencia- y vamos retrasados.
-Dicen en los noticieros que este frio se debe al calentamiento global – contestaba Alejandro con acento burlón-
-Mira allí viene después de 20 minutos de retraso ¿Por qué tendremos este mal transporte? Siempre llega tarde y vamos muy incomodos.
-¿Te quejas de la combi o del transporte? Sabes que esto no es nada, espera a que lleguemos a Pantitlan, si tomamos uno de los primeros cuatro trenes seremos afortunados y más a estas horas donde la gran masa de trabajadores se dirige a sus trabajos.
-Mira Alejandro, la verdad no creo que este tan acostumbrado como tú a esta rutina y quizás eso es lo que me desespera, pero entiéndeme, ahora me preocupa llegar tarde porque “El Barrigón” ya nos la sentenció.

El Sr. Domínguez  mejor conocido como “El Barrigón” (que más bien parecía tapón de corcho) era el dueño de la fábrica donde trabajaban Alejandro y Michel.

Alejandro era el clásico joven que deja un buen porvenir debido a las dificultades de la vida; empezó a  trabajar desde los 15 años, su padre, tras un accidente de construcción quedo inválido, de tal manera que  Alejandro no tuvo mas remedio que dejar la escuela y ponerse a trabajar para hacerse cargo de su hermana y sus padres. Michel, por otra parte (y contrario a su amigo), trabajaba más  por obligación que por necesidad; cierto día se fue a una de sus francachelas y ya ebrio logró convencer a su novia de tener relaciones sexuales, y para su desgracia la mujer quedó embarazada, obligándolo así a trabajar para el sustento de su nueva familia (mas que por su propia voluntad, fue porque los hermanos de la novia lo habían amenazado advirtiéndole con el puño en la cara que tenía que hacerse cargo de sus acciones).

En efecto, aquellos dos amigos iban demorados por más de una hora. Resignados con el triste frio de enero dieron marcha forzada para pasar desapercibidos a sus puestos de trabajo.
-¿Alguien puede explicarme que horas de llegar son estas? – Gritaba el Sr. Domínguez - ¡Es la tercera ocasión que llegan tarde en menos de una semana!
-Usted tiene que entender que el transporte en la ciudad es deficiente -respondía Alejandro saliendo a la defensiva- y que en gran parte no es nuestra culpa el llegar a destiempo.
- Eso dicen siempre, no es mi problema que vivan tan lejos, y podrán decir misa y poner mil y un pretextos pero están despedidos, prefiero perder a dos empleados que a perder dos horas de producción, así que regresen el fin de semana por su pago.
- Pero señor, creo que merecemos otra oportunidad –Michel con acento compungido respondía- además ¿Quién ocupará nuestros puestos?
-¡No quiero mas explicaciones! y por sus lugares ni se preocupen que allá afuera hay una enorme masa de desempleados que piden a gritos que alguien los contrate.

Resignados por aquella resolución de “El Barrigón”, salieron de aquella fábrica maldiciendo su suerte y pensando en una nueva manera de llevar el sustento a sus hogares.

Los rayos del sol habían terminado de bañar a la ciudad, el cielo se tornaba azul (algo inusual en las ciudades) y alguna que otra nube adornaba aquel esplendido día.

-Hemos llegado Alejandro–exclamó Michel- y creo que por esta zona encontraremos un buen empleo.
-¿De verdad lo crees? – preguntaba Alejandro un poco meditabundo- porque yo creo que deberíamos buscar en otra parte.
-Mira, desayunemos primero y después pensamos.
-Buena idea, bien dicen que las penas con pan son buenas.

Se acercaron a un modesto e improvisado puesto de tacos de guisado, y se dispusieron a desayunar. Michel, entusiasmado con su almuerzo no notaba que su amigo estaba meditabundo. Alejandro estaba absorto y extrañado de encontrar a la ciudad tan calmada y pacífica a esas horas del día, algo que para él era algo extraño, y con esta observación se quedó pensando, contemplando la tranquilidad del día.

Una foto vieja y desgastada.



Por Hilda García

Pablo descendió del carro y al sentir el césped se sintió relajado. ¡Al fin estaba en casa! Caminó por el jardín y subió las escaleras. Llegó al cuarto y al abrir, el invierno de la temporada le dio la bienvenida. Estaba gélido. Todo estaba en silencio. La luna lo contemplaba a hurtadillas y sin prisa, mientras la oscuridad de la noche le indicaba la hora que era.

En cuanto entró, se dio cuenta de lo poco cambiado que estaba todo: el ropero, el buró, el mantel de la mesa, la cama, los libros, todo estaba intacto, aunque ciertamente, un poco más desgastado.

Se sentía fatigado y al tenderse en la cama echó un segundo vistazo a la recámara; al instante se percató de una foto que colgaba de la pared. Era una foto simple y vieja, nada de extraordinario tenía. En  la foto estaba un hombre de campo de abultado bigote, detrás de él, había una mujer sentada bajo la sombra de un árbol, con el cabello suelto y rodeada por un montón de escuincles. Aquel hombre viejo era su abuelo, del cual, lo único que sabía era su nombre: Don Lucio, pues nunca lo conoció. Al contemplar la foto por unos segundos, historias, memorias y recuerdos se apiñaron en su mente. 

Pablo recordaba que en la familia, cada quien tenía sus propias experiencias e historias sobre aquel hombre. En algunas coincidían, especialmente en dos, donde el final les dejó dos buenos “recuerdos”. Se decía que era un hombre de poca suerte. Ejemplo, es que había intentado todo a su alcance para sacar a su familia adelante, desde criar animales y sembrar el campo hasta andar de chofer, de albañil, etc., pero siempre sin buenos resultados. Incluso se contaba, que en un intento desesperado por hacer algo para la familia, se fue al norte con gran ilusión, ¡pero nada! No pudo cruzar la frontera y regresó sin un solo quinto. Decían que era un hombre modesto, que le bastaba lo mínimo para ser feliz, y aun así, pocas veces lo fue.

Las historias sobre sus amoríos, en cambio, no eran tan aviesas y  eran las más populares. Recordaba que le contaban, que Don Lucio era un seductor apurado, un hombre enamoradizo que conquistó a muchas mujeres, pero que ninguna lo satisfizo, o tal vez, ninguna quedó satisfecha por él, y así, siempre regresó con la primera. De todos sus enamoramientos, solo dos le dejaron “recuerdos”: uno llamado Felipe y otra llamada Juana.

En realidad, para Pablo, el nombre de Don Lucio no era nada más que eso, un nombre. En repetidas ocasiones trató de dibujárselo como él lo imaginaba,  pero nunca logró juntar al hombre serio y prudente de la foto y al infiel y aventurero de las historias. Por esa razón, el nombre de Don Lucio a nada le sabía.

Pero a pesar de no haberlo conocido, aquel hombre del cuadro (y gracias en gran parte a todas las historias), le inspiraba muchas cosas. Esa foto  guardaba tantas historias ¡La foto era toda una historia!

Ciertamente que Don Lucio era un caso interesante, divertido y muy vasto, pero Pablo quedaba más sorprendido por el temple de aquella mujer sentada frente al árbol y rodeada de escuincles; dándoles calor a todos por igual. Lamentablemente, de ella no había tantas historias.

Esa foto, en donde se mostraba la raíz de su familia, le permitió seguir teniendo un recuerdo vivo. Recuerdo conocido ahora por él y que seguiría siendo conocido; suerte que  las historias/anécdotas, tal vez no tendrán.

Por ahora, esta foto vieja y desgastada de un hombre de bigote abultado y sombrero de palma, acompañado de una mujer rodeada de escuincles, sigue siendo un recuerdo.