24 ene 2013

Modigliani: escultor, pintor y bohemio.

 Liseo Gonzalez

“Los artistas malditos suelen gustar pasado un tiempo prudencial, que incluye su muerte. Para ese entonces ya no replican insolencias, ni vomitan, borrachos perdidos en las galerías.” 


Un lejano día del año 1906 llegaba a Francia un hombre tímido, bien vestido, con dinero en el bolsillo, pincel y lienzo en mano proveniente de Livorno, Italia. Con apenas veintidós años, el artista pisó suelo parisino que por aquella época era el centro de la vanguardia y la vida bohemia. “¡París era una fiesta!”, se decía en ese entonces. Artista legendario que hasta su temprana muerte se le ocurrió a la vida sonreírle. Me refiero al escultor y pintor italiano Amedeo Clemente Modigliani.

Modigliani de Picasso
Modi, como le llamaban algunos de sus colegas, cayó en Montmartre, cerca del Bateau Lavoir donde conoció a personajes célebres como Max Jacob, Van Dongen,  Guillaume Apollinaire, Diego Rivera, Chaïm Soutine, Vicente Huidobro y sobre todo, al Picasso de la época azul y su cuadrilla de poetas y pintores alucinados, entre otros. Tuvo una vida ejemplar según el canon bohemio. Vivió todo tipo de excesos alcohólicos, narcóticos y sexuales, y aún tuvo tiempo de dejar una obra inmortal. Su momento culminante lo dejó en París, ciudad que era entonces el faro mundial del arte.

Desde siempre su situación económica fue precaria, sin tener siquiera un techo estable y saneado. Su pobreza fue tan definitoria como su alcoholismo. Y siempre se le vio como un dandi pobre, con su característica elegancia destartalada: chaquetas de terciopelo desgastadas, bufandas o telares estilo Garibaldi y sombrero de ala ancha. Se le podía encontrar todo el tiempo en los cafés y bares de Montmartre ya sea pintando o tomando. Hay algunas anécdotas que cuentan que en uno de los cafés dibujaba con un anuncio en los pies. "Soy Modigliani, judío, cinco francos". Por un dibujo no admitía el dinero que excediera a esta cantidad. Después subió el precio y le agregó al trato un poco de alcohol.

Bien, pero lo que nos interesa hoy es comprender su obra y su estilo, mucho más que las anécdotas de su vida. Obra que fue, sin duda, una de las más interesantes  entre las producidas  en aquella época dorada y reconocida por sus colegas casi inmediatamente. Ese estilo inconfundible de lánguidas figuras de sus personajes, suaves cuellos largos y caras finas, clara influencia de las máscaras rituales africanas. Su forma de dibujar, decía Cocteau era “una conversación silenciosa”. Podríamos decir que muy pocos pintores del siglo XX fueron tan conspicuos en su estilo y tan impermeables al aire de las modas y de los tiempos. Daba la impresión de que Modigliani se apropiaba del alma de los personajes de su mundo y les daba su propia semblanza, melancólica y enfermiza. Tenía el genio para captar la esencia pura de los personajes; esto nos hace recordar aquella famosa frase: "Cuando conozca tu alma, pintaré tus ojos".

Jeanne, de Modigliani
   
A medida que Modigliani caminaba hacia la destrucción su genio se hacía más patente. Y como muchos otros genios, tras su trágica muerte fue aceptado incluso por ese público que solía reír de la vanguardia. Y fue tal su reconocimiento que se le convirtió en un icono. Muy bien merecido, pero un poco tarde.

Los excesos y la pobreza acabaron con él. Un frio día de invierno, el pintor Kipling lo sorprendió  en plena agonía rodeado de botellas de vino vacías y latas de sardina. Al pie de la cama se encontraba Jeanne (su última y más fiel compañera), embarazada de nueve meses. Lo llevaron al hospital donde murió a las 10:45 de la noche del 24 de enero de 1920. Su entierro fue un gran acontecimiento en Montparnasse. Pintores, músicos, poetas, actores y antiguas amantes acompañaron al pintor y mientras todo esto sucedía, Jeanne se tiró por la ventana de un quinto piso llevando en el vientre  un hijo de Modigliani.

Hoy, a 93 años recordamos la triste tragedia de Modigliani, aquel que fue perseguido por un trágico destino.


Un honesto reconocimiento a Modigliani a 93 años de su muerte.
 Voz Activa.