Hilda
Morelos Tariacuri
Ya casi se han cumplido dos años
del conflicto armado que se vive en
Siria entre las fuerzas del gobierno y los insurgentes, pero los rebeldes no han podido derrotar (y por
lo que se ve, no podrán)
a las fuerzas gubernamentales.
El conflicto inició en el 2011 con la primavera árabe y las redes sociales como medio. Así, tenemos el derrocamiento en Túnez del gobierno de Ben Ali, en Egipto cayó Mubarak, Muamar Gadafi en Libia, entre otros en países árabes de la región, siendo remplazados por nuevos gobernantes, “aparentemente estos nuevos gobiernos llegaban para resolver la
desigualdad y pobreza que se vive en estos países”. Pero en Siria ya
pasaron dos primaveras y el
autodenominado Ejército Libre Sirio
(ESL) no ha llegado al poder, no pueden destronar a Bashar Al Assad y su partido.
Presidente sirio, Bashar Al Assad. |
Pero, ¿Qué se han encontrado a su paso estos “rebeldes”, mercenarios
extranjeros en su mayoría, en su lucha contra el gobierno de Damasco? Se
han encontrado con que la mayoría de la población, que en un
principio estaba desorientada por la propaganda occidental, está con el gobierno de Bashar
Al Assad. Y se han encontrado también con la firme
oposición de Rusia, China, Irán y de países miembros del ALBA
a una intromisión armada propuesta en el Consejo de Seguridad de
la ONU por fuerzas occidentales
Los
fines de esta guerra emprendida por los insurgentes, no solo son ayudar al régimen
Sionista en su guerra constante contra Siria,
sino también la guerra económica,
política
y militar contra Irán, China y, principalmente, Rusia,
cuya única
base militar en el Mediterráneo está
en el Puerto de Tartus, en el nooeste sirio. Por su parte, Rusia siempre ha
mantenido el discurso de que el conflicto se debe resolver por medio del
dialogo con los opositores del país, y por supuesto, tomando en
cuenta la opinión del pueblo sirio. En tanto, el
presidente Bashar Al Assad siempre ha manifestado su disposición
para darle a una salida al problema con un dialogo y consenso nacional, siempre
y cuando cese la injerencia extranjera de países
del occidente y de sus aliados en Oriente Medio. Pero hasta ahora el dialogo de
los insurgentes ha sido las armas, los
misiles Patriot de la OTAN que ya están
desplegados en la frontera con Turquía.
La
oposición de Rusia al conflicto se da porque no quiere perder
a un socio económico y militar muy importante en esa
región, pero sobre todo, por su base militar en Tartus desde donde realizan ensayos
militares, los más grandes después
de la desaparecida URSS, con un carácter puramente disuasivo.
Y
ahí
están
los dos bandos bien definidos, las dos formas de ver el conflicto armado que se
vive en Siria y todos los intentos por darle una salida pacífica
al conflicto. Intentos fallidos principalmente, porque los insurgentes
extranjeros quieren el poder completo.
Ante
los constantes descalabros que han sufrido los rebeldes con el ejército,
han intensificado sus actos terroristas (por no poder ser llamados de otra
forma), como los ocurridos en la universidad de Alepo donde mataron a 87
estudiantes y maestros y dejaron más de 160 heridos; el ataque con coche bomba en la
ciudad de Hama que dejó 30 civiles muertos o el reciente
incidente de la utilización de armas químicas
el pasado 19 de marzo. Pero cómo estos “rebeldes”
cuentan con impunidad, cómo son terroristas buenos, cómo
reciben sueldo, en euros o en dólares desde el extranjero, se nos
ha vendido la idea de que han sido las fuerzas de Al Assad las que matan a la
población inerme. Debemos reconocer que también
ha habido medios informativos que han dicho la verdad, y esa se impondrá
por más que la enloden.
Así
se las gastan estos modernos buhoneros del colonialismo capitalista, conquistas
que nunca benefician a los más oprimidos de este planeta. Al pueblo sirio le queda
seguir cerrando el paso a estas fuerzas invasoras para que fracasen, defender
su soberanía y decidir ellos mismos su propio destino, el que más
les convenga como nación, con todo el derecho que
tienen.
México D. F. a 03 de abril de 2013