Hilda García
A menos de un mes de la muerte del presidente
Hugo Chávez y a casi seis meses de la última contienda electoral, Venezuela se
sumerge desde el martes 2 de abril en una nueva campaña electoral dominada por
la presencia del fallecido gobernante. La fecha de las elecciones está
programada para el próximo domingo 14 de abril.
Capriles, lado izquierdo. Maduro, lado derecho. |
Las campañas por la presidencia comenzaron oficialmente
el pasado martes, aunque en la práctica habían comenzado desde que se propuso
que hubiera elecciones.
En el caso del candidato oficialista, Nicolás Maduro
Moros, inició su campaña en Barinas, tierra natal del Máximo líder de la
Revolución Bolivariana, Hugo Chávez. Maduro tiene planeado recorrer el territorio
venezolano exhortando a las fuerzas bolivarianas a votar por el proyecto de
país expresado en el Plan Socialista de la Nación 2013-2019 y para cumplir el
legado que le ha dejado el comandante.
Nicolás Maduro, de 50 años, es el presidente en
funciones y candidato de la patria, como lo denominan sus seguidores. Se trata
de un político que proviene de las capas sociales más bajas. Cursó sus estudios
en una escuela municipal corriente y carece de una formación universitaria. En
los años 90 trabajó como conductor en el Metro de Caracas, donde más tarde se
convirtió en director sindical. La conocida política y abogada Cilia Flores (compañera sentimental de Maduro),
fue quien lo presentó al futuro líder de la revolución bolivariana.
Maduro es uno de los creadores del Movimiento
Quinta República (MVR), que contribuyó en gran medida a la victoria de Hugo
Chávez en las elecciones a jefe de Estado en diciembre de 1998. Desde entonces
estos dos políticos se fueron acercando constantemente. En 1999 Maduro fue
elegido diputado de la Asamblea Constituyente, un órgano que redactó una
Constitución nueva según la cual el país pasaba a llamarse República
Bolivariana de Venezuela, y se extendió el plazo de la legislatura de 5 a 6
años. Además, el presidente adquiría el derecho de presentarse como candidato
para una segunda legislatura inmediatamente después de finalizar su mandato.
Maduro también tomó parte en el proceso de creación del Partido Socialista
Unido de Venezuela (PSUV), donde es uno de sus máximos dirigentes.
Su programa es sencillo y comprensible para las
capas más bajas, que se han visto favorecidas con importantes programas sociales,
así como alimentos a precios fijos, entre otros beneficios. Nicolás Maduro,
nombrado sucesor de Chávez, ha prometido continuar esta política y profundizar
en ella. Es evidente que no tiene el carisma del comandante, pero ya ha ganado
puntos después de su emotivo discurso durante la ceremonia de despedida del
comandante.
Por su parte la oposición, que reúne a un
amplio espectro de fuerzas distintas agrupadas (32 organizaciones políticas) en
el marco del partido "Mesa de la Unidad Democrática”, volverá a lanzar a Henrique
Capriles Rodonski, de 40 años, un hombre con experiencia de combate electoral y
actual gobernador del estado Miranda, segundo estado venezolano con mayor
densidad de población (poco más de tres millones de habitantes).
Capriles, abogado de profesión, comenzó
temprano en la política. Tras graduarse con honores en la facultad de Derecho
de la Universidad Central de Venezuela, ingresó en una organización de
juventudes católicas, y más tarde en el Partido Social Cristiano.
El equipo del candidato de la derecha, ha
optado esta vez por usar un discurso más popular y hasta un tanto similar al
usado por el comandante Hugo Chávez. A sus discursos les ha dado un toque mucho
más popular y “bolivariano”. Aunque haya mucho de contradicción en esta “bolivarización”,
pues se sabe que Capriles durante el Golpe de Estado de abril del 2012 intentó
borrar la imagen de El Libertador descolgando el cuadro de Miraflores y
eliminando “Bolivariana” del nombre de la República.
En realidad, Capriles es la apuesta de la elite
económica venezolana y su clase política, que han visto el sistema político
imperante desmoronarse ante sus ojos y buscan con figuras jóvenes de su propia
estirpe una posible salvación a mediano plazo que se traduzca en su regreso al
poder. Se sabe que en el supuesto caso de que la burguesía llegara al poder,
eliminaría de un plumazo los planes sociales impulsados por el actual gobierno,
como la Gran Misión Vivienda Venezuela y la Misión Barrio Adentro, pues en
sistemas capitalistas no son rentables la construcción de casas a bajo costo ni
la salud gratuita para el pueblo.
Este catorce de abril, las dudas se despejarán.
¿Logrará ganar la apuesta de la derecha con su intento de bolivarizarse o el
proyecto oficialista de Nicolás Maduro y su propuesta de continuar con la
revolución bolivariana? La batalla solo acaba de empezar, aunque todo parece
indicar que, a menos ocurra un imprevisto, ya sabemos quién será el nuevo jefe
del Estado.