18 abr 2013

Otro año más.

Liseo González

En vísperas de su cumpleaños número veintiséis, Fermín se propone auto escribir una carta para la posteridad. Coge una pluma, toma el papel, lo palpa, lo huele, observa la habitación, respira hondo y comienza:


Abril 14, 2013

Hola Fermín, ¿te acuerdas de mí? Este eras tú hace uno, dos, cinco, muchos años atrás.

En unas horas comenzará un año más y aquí estoy, en una esquina de mi cama con un bárbaro insomnio. Maldito insomnio, no me deja en paz. Yo aquí, pensando en mi insomnio, y en estos momentos alguien debe de estar muriendo o cantando. Alguien debe de estar siendo bombardeado y no me refiero literalmente, sino ser bombardeado en cualquier forma posible de dominio. Y heme aquí, sentado en la esquina de mi cama elucubrando e hilvanando pensamientos.

En esta larga noche de abril, las estrellas despilfarran luminosidad, pero se muestran lejanas como todos los días del año.

Dicen que por cada payaso hay un grupo de tristes melancólicos que buscan la risa. Que por cada botella de vino un par de labios secos. Por cada pueblo dormido almas en vela y viceversa. Tal vez esto solo sea producto de la melancolía, pero empiezo a creer que el mundo me duele, o ¿será que yo me duelo del mundo? Cuestionable pregunta. Claro que no todo es tan trágico, pero carajo ¿a poco no podemos ser mejores? Y no es que sea un pesimista, soy tan solo un optimista que está perdiendo la paciencia. Soñamos que despertamos, pero seguimos en la misma pesadilla. Estoy exagerando un poco, lo acepto, pero es que hay veces que se siente que el barco se nos hunde, y es solo la marea que está alta. Y seguimos flotando. Seguimos navegando

De este lado del mundo, todos deberíamos estar dormimos a estas horas, pero algunos simulan estar dormidos y en realidad sueñan. 


Estas luces pálidas de mi cuarto no saben dar más que tristezas.

Ayer me dijo mi madre antes de felicitarme –Fermín, sabes, eres arrogante, tonto y un poco guapo- No supe que decir y simulé una sonrisa. Pero una inquietud me impulsó a mirarla a los ojos para ver cuán franca era conmigo, pero en el fondo creo que tenía razón, sobre todo en lo de tonto y arrogante. Lo último me lo dijo para consolarme y para hacerme sentir bien.

Este frio interno es más intenso que el invernal de las calles y eso que estamos empezando la primavera. Pero, qué será esto que siento: ¿Fatalismo? ¿Sentimentalismo? ¿Tristeza?... ¿Rencor? Ni yo mismo lo sé, solo sé que pesa y mucho. Pocas veces me hago estas preguntas y duermo tranquilo. Pero esta vez tuve la torpe ocurrencia y estoy pagando las consecuencias. Estas no son mis preguntas para conciliar el sueño.

Invertimos infinitas décimas  de segundo mirando las nubes vagar; minutos perdidos en nuestra agenda; horas esperando por el tren; semanas planeando lo que queremos ser; meses construyendo nuestro futuro; años buscando amor, y toda la vida así, mirando pasar los años. 

Pues bien, es mi fin de año y cuento los  últimos segundos en la esquina de mi cama, buscando calmar mis demonios y conciliar el sueño.”

Con cariño de Fermín de hace uno, dos, cinco, muchos años atrás.


PD: By the way, Happy birthday Fermín!