Ricardo
Flores Ríoblanco
Obama
ha triunfado de nuevo, hay varios analistas que han llenado páginas en blanco
asegurando que fue el apoyo decisivo de los descendientes Latinoamericanos lo que
le dio el triunfo; representantes de las otras “minorías” se bañan con la misma
gloria y cada quien por su parte exige los cambios prometidos por un presidente
que, hasta ahora, ha callado ante las injusticias de guerras homicidas y fue
incapaz de reaccionar a tiempo para ayudar a su población, como ocurrió
recientemente con el desastre que ocasionó la tormenta Sandy en Nueva York y
Nueva Jersey.
Pero llegar a una conclusión seria del porqué Obama logró ocupar de
nuevo la silla presidencial, va más allá de simples triunfalismos “históricos”,
veamos. Desde el 2009 el gobierno americano anunció que iniciaba un programa de
reclutamiento para engrosar las filas de su ejército, abriendo 14 mil plazas
para extranjeros que no gozaban de estancia permanente en el país; el gancho
fue asegurar que en tan sólo seis meses su proceso de naturalización
comenzaría. Pero algo de lo que muy poco se comentó, fue que el ejercito
estadunidense establece un servicio mandatorio de seis años, en los cuales el
individuo debe, (además de pasar el entrenamiento que los vuelve seres listos
para asesinar y los embuta de la idea que sirven para el mejor país del mundo),
apartarse de sus familias e ir a lugares lejanos en diferentes partes del
mundo; en caso de haber beligerancia entrar en combate, y si su trabajo es
técnico, permanecer cercano a las bases militares de aquellos países con los
que se encuentre en guerra EU, componiendo armamento y demás.
El plan ha funcionando casi en silencio durante estos años, dando resultados.
Existen reportes de que Obama recibió un gran apoyo de los veteranos de guerra,
a los cuales les dio beneficios desde las arcas federales ofreciéndoles la
oportunidad de estudiar carreras pagando el mínimo en las universidades a
través de programas especiales, y dándoles la oportunidad de ingresar a las
fuerzas policiacas, (¿un intento de militarizar la policía?); apoyos los cuales
no fueron vistos tan bien por parte de los republicanos, que con una mente más
radical, se empeñaron a criticar tales acciones.
Para quitarse algo de las criticas republicanas que lo culpaban de
la actual crisis, y lo señalaban como incapaz de componer a la nación, y al mismo tiempo, para impulsar su
precampaña, Obama toleró desde su puesto las grandes marchas de inmigrantes
exigiendo una reforma migratoria, además de ser cuidadoso en su opinión sobre
las protestas como Ocuppy Wall Street en NY, donde el Alcalde multimillonario e
“independiente”, Michael Rubens
Bloomberg (que por cierto, ayudó al candidato republicano a obtener ayuda
financiera de Wall Street), reprimió con todo al movimiento, arroyando su
derecho constitucional a la libertad de expresión. Lo mismo sucedió en otras
ciudades, como en California, donde estudiantes fueron roseados con gases
irritantes. Por cierto, ¿sabían que la universidad de California fue uno de los
principales contribuidores a la campaña presidencial de
Obama?
El candidato demócrata recibió ayuda financiera para su proselitismo
no del Estado (táctica utilizada por los dos contendientes a la presidencia,
pues la suma sobrepasaría lo contemplado por la ley), sino de compañías privadas,
las cuales tuvieron la oportunidad de hacerlo hasta ahora, dado a la enmienda
de la ley constitucional que prohibía que compañías privadas aportaran para
campañas presidenciales (ley de ética derivada del escándalo de Watergate de
los 70). Microsoft, Google, DLA Piper, Universidad de Harvard invirtieron en Obama
grandes capitales, ahora las empresas son consideradas como individuos. ¿Cuál
será la cuota que Obama tendrá que pagar por su ayuda? De las aportaciones
millonarias, fuertes cantidades fueron a parar a los grandes monopolios de
medios de comunicación. Las promesas de Obama de proteger a la clase media de
la recesión, dio frutos también, ya que sus seguidores hicieron aportaciones
económicas desde la comodidad de su celular, las empresas de tecnología
cumplieron su parte.
Desde el comienzo de su
gestión, Obama prometió una reforma migratoria, algo que alentó el apoyo de los
inmigrantes. Pero el discurso no coincide con los hechos. Miles de familias han
sido separadas, rotas por las deportaciones, miles de jóvenes que han nacido o vivido gran
parte de su vida en el país, ahora sufren la consecuencias, ya que estando bajo
la protección del estado sus opciones son pocas; los individuos se vuelven
marionetas esperanzadas en un cambio migratorio, muchos de ellos, debido a la
desatención, se vuelcan a las calles y viven de ellas, entre pandillas o crimen
organizado; otros, simplemente laboran por un sueldo mínimo que les permite
subsistir o se enrolan en el ejercito. Dado a la condición económica, el país
ha decidido deshacerse de la excedente mano de obra además de hacer casi
imposible y más arriesgado el paso de aquellos que buscan salir de su pobreza
“soñando” a la americana. Un signo de esto es la gran muralla que se ha
levantado en la frontera con México; Obama sigue los pasos de Bush en este
aspecto, no más migrantes, dado que la crisis económica así lo exige.
Con un premio Nobel de la Paz, Obama no ha cambiado la estrategia
beligerante que Bush empezó sobre naciones que buscan opciones para ser
autosuficientes y soberanas; el bloqueo a Cuba sigue en pie; la hostilidad hacia
Siria e Irán van en escala; las matanzas en Irak y Afganistán quedan impunes;
Guantánamo sigue operando y reteniendo a reclusos que hasta ahora no han sido
juzgados; en el plano nacional la violencia entre la población se incrementa,
muestra de ello son las matanzas por parte de “psicópatas” (muchos de ellos
exmilitares); la delincuencia y violencia incrementan en los suburbios o
guettos donde las clases bajas deben delinquir para sobrevivir; las represiones
y abusos policiacos están al orden del día; matanzas injustificadas en otros
países contra su población por soldados norteamericanos, han sido
registradas.
Obama prometió reformas, lo cierto es que su partido no controla la
cámara de representantes, la cual, es la que redacta las leyes. Obama tiene el
único derecho de vetarlas. En esa realidad, ¿que esperanzas hay de una reforma
migratoria y una salvación para la clase media norteamericana? Los republicanos
no aceptan que los impuestos suban para los ricos, buscan que sea el pueblo
norteamericano quien pague la tremenda deuda que estados unidos ha acumulado,
¿no será que Obama buscó un balance de poderes para permanecer en la
presidencia, a costa de las esperanzas de millones de seres humanos? El tiempo dirá.