15 nov 2012

Promesas de ensueño.

Ricardo Flores Ríoblanco

                          Obama ha triunfado de nuevo, hay varios analistas que han llenado páginas en blanco asegurando que fue el apoyo decisivo de los descendientes Latinoamericanos lo que le dio el triunfo; representantes de las otras “minorías” se bañan con la misma gloria y cada quien por su parte exige los cambios prometidos por un presidente que, hasta ahora, ha callado ante las injusticias de guerras homicidas y fue incapaz de reaccionar a tiempo para ayudar a su población, como ocurrió recientemente con el desastre que ocasionó la tormenta Sandy en Nueva York y Nueva Jersey.  
Pero llegar a una conclusión seria del porqué Obama logró ocupar de nuevo la silla presidencial, va más allá de simples triunfalismos “históricos”, veamos. Desde el 2009 el gobierno americano anunció que iniciaba un programa de reclutamiento para engrosar las filas de su ejército, abriendo 14 mil plazas para extranjeros que no gozaban de estancia permanente en el país; el gancho fue asegurar que en tan sólo seis meses su proceso de naturalización comenzaría. Pero algo de lo que muy poco se comentó, fue que el ejercito estadunidense establece un servicio mandatorio de seis años, en los cuales el individuo debe, (además de pasar el entrenamiento que los vuelve seres listos para asesinar y los embuta de la idea que sirven para el mejor país del mundo), apartarse de sus familias e ir a lugares lejanos en diferentes partes del mundo; en caso de haber beligerancia entrar en combate, y si su trabajo es técnico, permanecer cercano a las bases militares de aquellos países con los que se encuentre en guerra EU, componiendo armamento y demás.
El plan ha funcionando casi en silencio durante estos años, dando resultados. Existen reportes de que Obama recibió un gran apoyo de los veteranos de guerra, a los cuales les dio beneficios desde las arcas federales ofreciéndoles la oportunidad de estudiar carreras pagando el mínimo en las universidades a través de programas especiales, y dándoles la oportunidad de ingresar a las fuerzas policiacas, (¿un intento de militarizar la policía?); apoyos los cuales no fueron vistos tan bien por parte de los republicanos, que con una mente más radical, se empeñaron a criticar tales acciones.
Para quitarse algo de las criticas republicanas que lo culpaban de la actual crisis, y lo señalaban como incapaz de componer a la nación,  y al mismo tiempo, para impulsar su precampaña, Obama toleró desde su puesto las grandes marchas de inmigrantes exigiendo una reforma migratoria, además de ser cuidadoso en su opinión sobre las protestas como Ocuppy Wall Street en NY, donde el Alcalde multimillonario e “independiente”,  Michael Rubens Bloomberg (que por cierto, ayudó al candidato republicano a obtener ayuda financiera de Wall Street), reprimió con todo al movimiento, arroyando su derecho constitucional a la libertad de expresión. Lo mismo sucedió en otras ciudades, como en California, donde estudiantes fueron roseados con gases irritantes. Por cierto, ¿sabían que la universidad de California fue uno de los principales contribuidores a la campaña presidencial  de  Obama? 
El candidato demócrata recibió ayuda financiera para su proselitismo no del Estado (táctica utilizada por los dos contendientes a la presidencia, pues la suma sobrepasaría lo contemplado por la ley), sino de compañías privadas, las cuales tuvieron la oportunidad de hacerlo hasta ahora, dado a la enmienda de la ley constitucional que prohibía que compañías privadas aportaran para campañas presidenciales (ley de ética derivada del escándalo de Watergate de los 70). Microsoft, Google, DLA Piper,  Universidad de Harvard invirtieron en Obama grandes capitales, ahora las empresas son consideradas como individuos. ¿Cuál será la cuota que Obama tendrá que pagar por su ayuda? De las aportaciones millonarias, fuertes cantidades fueron a parar a los grandes monopolios de medios de comunicación. Las promesas de Obama de proteger a la clase media de la recesión, dio frutos también, ya que sus seguidores hicieron aportaciones económicas desde la comodidad de su celular, las empresas de tecnología cumplieron su parte. 
 
Desde el comienzo de su gestión, Obama prometió una reforma migratoria, algo que alentó el apoyo de los inmigrantes. Pero el discurso no coincide con los hechos. Miles de familias han sido separadas, rotas por las deportaciones,  miles de jóvenes que han nacido o vivido gran parte de su vida en el país, ahora sufren la consecuencias, ya que estando bajo la protección del estado sus opciones son pocas; los individuos se vuelven marionetas esperanzadas en un cambio migratorio, muchos de ellos, debido a la desatención, se vuelcan a las calles y viven de ellas, entre pandillas o crimen organizado; otros, simplemente laboran por un sueldo mínimo que les permite subsistir o se enrolan en el ejercito. Dado a la condición económica, el país ha decidido deshacerse de la excedente mano de obra además de hacer casi imposible y más arriesgado el paso de aquellos que buscan salir de su pobreza “soñando” a la americana. Un signo de esto es la gran muralla que se ha levantado en la frontera con México; Obama sigue los pasos de Bush en este aspecto, no más migrantes, dado que la crisis económica así lo exige.
Con un premio Nobel de la Paz, Obama no ha cambiado la estrategia beligerante que Bush empezó sobre naciones que buscan opciones para ser autosuficientes y soberanas; el bloqueo a Cuba sigue en pie; la hostilidad hacia Siria e Irán van en escala; las matanzas en Irak y Afganistán quedan impunes; Guantánamo sigue operando y reteniendo a reclusos que hasta ahora no han sido juzgados; en el plano nacional la violencia entre la población se incrementa, muestra de ello son las matanzas por parte de “psicópatas” (muchos de ellos exmilitares); la delincuencia y violencia incrementan en los suburbios o guettos donde las clases bajas deben delinquir para sobrevivir; las represiones y abusos policiacos están al orden del día; matanzas injustificadas en otros países contra su población por soldados norteamericanos, han sido registradas.  
Obama prometió reformas, lo cierto es que su partido no controla la cámara de representantes, la cual, es la que redacta las leyes. Obama tiene el único derecho de vetarlas. En esa realidad, ¿que esperanzas hay de una reforma migratoria y una salvación para la clase media norteamericana? Los republicanos no aceptan que los impuestos suban para los ricos, buscan que sea el pueblo norteamericano quien pague la tremenda deuda que estados unidos ha acumulado, ¿no será que Obama buscó un balance de poderes para permanecer en la presidencia, a costa de las esperanzas de millones de seres humanos?  El tiempo dirá.