Liseo
González.
Suenan por
todas partes deudas inmensas, deudas que los países deben de pagar a sus
acreedores (los bancos mundiales); suenan y resuenan las cantidades de estas
deudas que cada día aumentan más y más, por los intereses que nunca se
detienen. Son enormes sumas de dinero que nunca se habían escuchado tanto, ni
tan repetidamente.
Se escucha, por ejemplo, que la deuda
pública de Estados Unidos asciende a $15,3 trillones, es decir, a 101.1% de su
PIB o que la deuda de España es de $2,46 trillones, igual a 179.4% de su PIB;
Italia que tiene una deuda de más de 120 % de su PIB, y así, la lista sigue en
aumento, pasando por Australia con 138%, Grecia con 182%, Portugal con
223.6% hasta llegar a los países más
endeudados como Irlanda con 1,382% de su PIB. La deuda de Irlanda es de $2.38
trillones y su PIB es de solo $172.3 billones, lo que la hace exorbitante.
(Datos del Banco Mundial y del CIA World Factbook)
Con la deuda de Estados Unidos en $15,3
trillones y tomando en cuenta que su población está estimada en un poco más de
311 millones de habitantes, quiere decir que cada ciudadano tendrá que pagar
$48,293.49 dls. para saldar la deuda, pero la deuda no se detiene, sigue en
aumento. Y en el caso de Irlanda, por
ejemplo, con una deuda de $2.38 trillones y con una población de más de 4
millones, significa que si dividimos la deuda por habitante cada uno deberá
pagar $566,756 dls.
La explicación de lo que es una deuda
externa dice: es la suma de las deudas que tiene un país con entidades
extranjeras y se componen de deuda pública (la contraída por el Estado) y deuda
privada (la contraída por particulares). Las instituciones más importantes que
acreditan esos préstamos son el Fondo Monetario Internacional y el Banco
Mundial, estas instituciones son privadas, propiedades de magnates y ningún
gobierno las reglamente ni tiene poder sobre ellas. Son instituciones que por
imposición imperialista-militar, resultado del mismo Sistema Capitalista, son
las únicas que pueden imprimir dinero de la nada y girarlo como préstamo a
quien lo solicite a través de los bancos especialmente, todo bajo intereses. Así
es en pocas palabras, aunque suene absurdo, porque lo es.
"Los grandes acreedores del mundo."
Cuando el país deudor no puede pagar con
los acordados intereses, sufre repercusiones en el desarrollo económico, e
incluso, en la misma autonomía, es decir, se endeudan los países con la idea de
hacer progresos y avances. Y al no poder pagar, las deudas se disparan y se
convierten en imposibles de saldar y se termina pagando caras las
consecuencias. Los recursos naturales del país terminan en manos de sus
acreedores (corporaciones y bancos mundiales) y su explotación queda a
disposición de estos organismos internacionales.
Y en esta situación están muchos países
actualmente; el ejemplo más sonado es Grecia, quien ha estado desde hace meses
al borde de la bancarrota, o en otras palabras, con la puerta casi abierta para
que los grandes bancos entren a explotar
y expropiar sus recursos naturales, que es el siguiente paso cuando un país no
puede pagar su deuda.
No se necesita ser un economista para
entender las intenciones de los grandes bancos de aumentar la concentración de
la riqueza en cada vez menos manos y tener mayor dominio sobre el mundo entero.
"Absurda concentracion de la riqueza."
La encarnizada lucha por la
concentración de la riqueza ha llevado a que los más ricos del mundo, o sea, el
1% de la población mundial, concentre el 40% de la riqueza del mundo. Y lo ha
logrado, en gran medida, en detrimento del resto de la población, es decir, del
99% de la gente que existe en el mundo. Esta crisis, es el más claro ejemplo de
ese intento de exagerada y absurda concentración de la riqueza, es simplemente,
un descarado abuso que se está cometiendo para saciar el hambre de acumulación.
La victima de esto es la clase pobre, es
decir, la gran mayoría. El pago de las deudas, está afectando directamente en
los gastos públicos, los gobiernos preocupados por pagar la deuda reducirán los
recursos invertidos en la población. Se ve reflejado en menos servicios
sociales y de menor calidad; menor número de pensiones y aumento de la edad de
la jubilación; mayores jornadas de trabajo; salarios más pobres, etc. En unas
palabras: más pobre calidad de vida para la clase trabajadora.
Y con esto surgen, irremediablemente,
las preguntas ¿A dónde nos va llevar todo esto? ¿Hasta qué punto crecerán las
deudas absurdas? ¿Es que el mundo se endeudará con el mundo mismo? ¿Hasta dónde
nos va a llevar el hambre de los banqueros por seguir acumulando riqueza? La
respuesta, es que estamos en un sistema caduco que, inevitablemente, está
cavando su propia tumba; está sobreexplotando a la clase trabajadora y no le
está dejando otra opción que la búsqueda de otro sistema de producción más justo,
humano y eficiente. La historia, inexorablemente, seguirá avanzando.
"El capitalismo no funciona." "Otro mundo es posible."