Por
Ricardo Flores Ríoblanco
Más de 30 días después del temblor (registrado el 20 de Marzo), habrán pasado cuando este artículo se publique en Voz
Activa, para entonces, las miles de familias Guerrerenses afectadas por dicho
temblor, habrán recibido una miserable despensa y materiales de segunda para
tratar de reconstruir sus humildes hogares.
Mientras tanto,
será bien conocida y cacareada la “jubilosa” noticia de que los empresarios
hoteleros hicieron ganancias a lo grande, durante los días festivos, ganancias
que seguramente los señores del dinero no querrán compartir con los afectados
por el terremoto, pues, como ya lo anunció el propio Presidente, será el
Gobierno Federal quien se encargue del problema.
No creo
adjudicarle nada de a gratis al señor presidente, procedo con lógica y sin el
más mínimo sentimiento de desprecio hacia el ser humano que es, pero sus
acciones e ineptitud para llevar al país hacia el prometido “progreso”, me
hacen sentir tan engañado como el resto del pueblo. ¿Por qué no se llevó toda
esa ayuda antes del arranque de las campañas presidenciales, las cuales
comenzaron el día 30 de marzo?
Calderón
asevera que en su gobierno, la vida de
los mexicanos ha mejorado, afirma también, que es gracias a su programa de
vivienda como las familias tienen ahora hogares dignos - recordemos el famoso
programa de “pisos firmes”- pero todo eso se viene abajo, al ver el número de
casa afectadas por el temblor, que se
calculan en ¡325 mil!
Tener una
casa no sólo consiste en tener un piso de cemento, sino toda una variedad de
servicios elementales (agua, luz, drenaje, transporte, etc…), además de una
infraestructura realmente resistente (lo más que se pueda en estos casos), cosa
realmente posible gracias a los avances
científicos en materia de construcción y a los cada vez más resistentes materiales, prueba indiscutible de lo que
afirmo, es que ningún hotel se desmoronó a causa del temblor, por ello lograron
acumular ganancias que se calculan en los 80025 mdp (tan sólo en Guerrero), durante los días festivos.
Recordemos a
Oaxaca, la cual tiene miles de escuelas afectadas por el temblor, y un número
significativo de hogares por igual en condiciones inseguras para ser habitados;
sumando los dos estados y teniendo en cuenta que cada uno sufre también de una
creciente impaciencia por parte de los gobernados ante demandas sociales incumplidas
y la constante agresión de autoridades (Recordemos los asesinatos de dirigentes
campesinos en Oaxaca y los asesinatos de
estudiantes en Guerrero), la respuesta presidencial se queda corta.
No estoy en
contra de las iniciativas presidenciales, pero si en contra de que las ayudas,
además de ser malas y baratas, se hagan a destiempo sin miras a reparar el
problema de fondo, la injusta repartición de la riqueza; de los miles de
millones que se generan anualmente gracias al turismo, queda claro que para el pueblo, sólo las migajas; mientras,
poderosos aparentando humanismo, otorgan ayuda en el
marco de las presidenciales, ¿acaso seria ingenuo pensar que ello se
hace con el propósito de obtener votos? Llámenme tal.