18 abr 2012

Renuncio a la cólera

Chünte' Wiñik


Siento hervir la sangre que recorre mis venas
como el agua que hierve y se evapora;
siento que desvanecen mis fuerzas,
que se me oscurecen la vista y la conciencia.

Mi corazón que palpita, se acelera,
y de mi alma se apodera la impotencia.
Mi entorno poblado y bullicioso
de un golpe se calla y desaparece;

no veo a nadie más que a mi soledad  en persona
que me transporta a una isla solitaria;
no oigo más que los gritos del silencio,
tan fuertes, tan fuertes que despedazan mi cabeza.

¿Cómo vivir y escuchar
si la soledad y el silencio infinito
dominan en mi alma negra de coraje?
¿Cómo ver el camino
si mis ojos se dirigen solo a las tinieblas?
¿Cómo entender razones
si mi conciencia está dormida?

¡Despertad!
La cólera es un monstruo que destruye.
La cólera ciega y envilece el alma,
destruye y corrompe al hombre;
destruye el alma, destruye la conciencia
y no permite que nuestro mundo amanezca;
por eso es que hoy, decido mi renuncia.