18 abr 2012

¿Qué papel juega el marxismo en los problemas de la sociedad actual?



Por Rogelio García
Hace cuatro años, se dejó ver la crisis más desastrosa de todos los tiempos en la historia del hombre. La justificación de los dueños de los medios de comunicación y sus consorcios (los capitalistas del mundo ante las masas populares), fue que cierta población de los Estados Unidos de América del Norte no pudo pagar los bienes inmobiliarios que adquirieron a crédito, y que esto trajo como consecuencia problemas en el sector financiero, lo cual desató todos los demás desastres derivados.

Para poder remediar en alguna medida los problemas de tal crisis (cabe aclarar que no sólo por los que no pudieron cubrir las deudas que tenían con los bancos e instituciones financieras, sino por la codicia de los grandes capitalistas del mundo, pero en mayor proporción los del sector financiero), el Estado, con el dinero del pueblo, tuvo que rescatar a los bancos en quiebra. Una vez más en la historia del capitalismo, el Estado juega su papel de junta de administración de los dueños del poder (capitalistas).

La crisis y los problemas que siguieron a la misma, provocaron que se dieran un sinfín de protestas anti dictaduras y generalmente protestas anti sistema. Eso, como primer plano de las contradicciones surgidas del seno de esta crisis.

Países de primer mundo como E.E.U.U., Alemania, Francia, Italia, Portugal, España y más miembros de la Unión Europea, entraron en una crisis de deuda, otros en recesión, de tal manera que unos se encuentran más graves que los otros. Pero estos problemas que surgieron y que subsisten, tienen un fondo más histórico. He aquí la pregunta, de cómo debe de emplearse la teoría marxista, de ese análisis crítico, para poder dar interpretación y solución a los problemas.

La importancia de la teoría marxista reside en que es una visión de los obreros del mundo y de las clases oprimidas, para eso hay que reconocer primero que existe la lucha de clases como motor de la historia y que lo que se escribe de historia no es más que la lucha acérrima de las dos clases antagónicas: los opresores y los oprimidos. Sólo el que es capaz de entender esto, podrá coincidir con el análisis de crítica del marxismo. Y hoy día, ese análisis es justo y necesario, porque lo que conoce la mayoría no es más que la visión que tienen los opresores y que quieren y ansían que siga así. Pero gracias a la historia sabemos perfectamente, que de alguna manera todo modo de producción nace y perece.

Desde que Marx hizo públicas sus ideas fue perseguido y reprimido del modo más brutal posible, pero aquel hombre, con la capacidad de interpretar y poner al servicio de los oprimidos las ideas de liberación, ha pasado a formar parte del cúmulo de conocimientos de la humanidad; hagamos memoria, ¿No crucificaron a Jesucristo?, ¿no obligaron a abjurar a Galileo?, ¿no se rieron de Colón cuando quiso llegar a las Indias por un nuevo camino?, ¿no guillotinaron a Lavoisier porque “la Revolución no necesitaba científicos"?, ¿no se amotinaron contra Allende y le asesinaron de la forma más rastrera?

Lo único que podemos concluir es que en el imperialismo del capitalismo mundial, las clases oprimidas no pueden confiar. Ya se sabe perfectamente que el capitalismo está en crisis y que las predicciones de desarrollo para el capitalismo realizadas por Marx en su obra cumbre “El capital”, han sido certeras, y la solución está en dar el paso correspondiente.

No se sabemos cómo se llame el nuevo sistema, el nombre es lo que menos importa. Pero lo que sí sabemos es que se necesita algo nuevo, más justo, más equitativo y superior al capitalismo; y esto es lo que el capitalismo teme en la teoría marxista.

Se deja notar aquí la necesidad de conocer, hacer interpretaciones y dar soluciones a los problemas actuales bajo la lupa del marxismo.