5 abr 2012

Obrador y su “Amor” para el país.


Ricardo Flores Ríoblanco

Entramos  ya a las campañas electorales, y no cabe duda de que el pueblo hace sentir su más completo desdeño y apatía hacia las propuestas de los diferentes candidatos, pues la agitación provocada por su descontento sigue en aumento; y aunque hay algunos que aseguran ser los defensores de sus banderas, utilizando frases de mercadotecnia y ofreciendo crear una sociedad mejor, basada en el “amor”, a las mayorías  no les interesa, pues no es esa la oferta que buscan desesperadamente.

La frase de Andrés Manuel López Obrador, lo único que ha hecho hasta ahora, es atraerle la atención de los  que se identifican con las propuestas religiosas. Prueba de ello, es que incluso su más acérrimo enemigo, Vicente Fox, le tendió la mano en el acto de visita oficial del Papa Benedicto XVI a nuestro país, donde el aspirante “izquierdista”, se sentó con la elite y dio gala de “decencia”.


El amor no es virtud, es la capacidad que tiene el ser humano para abarcar (en ideas), y expresar (sea a través del arte o simplemente con acciones de ternura o creaciones derivadas de su trabajo), sus sentimientos más finos y sensibles, sentimientos que percibe gracias a su contacto con el mundo que lo rodea, todo a través de sus capacidades sensitivas que su propia naturaleza humana le ha otorgado.

Desgraciadamente, el amor no llena estómagos vacíos, y por más campaña mediática y gubernamental  que se haga para promover amor entre pobres y explotadores, no se podrá contener su creciente descontento contra un sistema político económico que los  priva de una vida digna, decorosa, más humana y benefactora para con las clases trabajadoras.

Obrador y su propuesta, no son la solución a una sociedad cuyo principal problema es la pobreza; donde más de la mitad de la población vive en la miseria y al mismo tiempo tenemos al hombre más rico del mundo; donde por causa del desempleo, miles de hombres y mujeres emigran al norte, y los que se quedan, pasan a formar parte de las filas del empleo informal; donde miles de jóvenes y adultos por igual, se van a engrosar las filas del crimen para poder obtener recursos que el sistema les niega, al no darles empleo formal.                 

Para cambiar la situación actual en nuestro país, se necesitan proyectos científicos llenos de humanismo, algo de lo que Obrador carece, lo comprueba su paso como Jefe del Gobierno del DF, donde dejó puras obras de relumbrón, gastando miles de millones de pesos en segundos pisos, en vez de transformar la situación de vida de las familias que habitan la periferia de esa gran urbe, en condiciones inhumanas; simplemente, la “esperanza” del exjefe capitalino, se quedó corta.

La hora de "AMLOVE" (como muchos lo llaman), ha llegado a su fase final, se quita la piel de radical de izquierda para ponerse a la par con los extremistas de derecha, dice perdonar a sus adversarios y promueve  que “haya reconciliación”, como si la conciliación con los pobres y ricos fuera posible  en un terreno tan polarizado. Lo cierto, es que México necesita un cambio, para ello se necesita hablarle al pueblo con la verdad, y decirle que el cambio lo tiene que hacer él, con su fuerza numérica, de forma decidida y organizada, sin “caudillos” amorosos; en suma, tomar las riendas del país vía una lucha política y pacifica, pues si México esta entre las 20 economías mundiales, es por ellos y su trabajo mal pagado, ¿imaginemos que no harían al estar ellos en el poder, y decidir por ellos mismos, de acuerdo a sus intereses?