Ricardo Flores Ríoblanco
El Beso. Toulouse Lautrec |
Todos tus deseos serán guardados
en mi corazón lleno de hirviente sangre.
Todos,
cada uno de ellos con la dulzura infinita
de saber que en los días más solitarios
estaré contigo alimentándome de tu calor.
No esperes ni imagines ingratitud de mi parte,
la
traición a mi corazón sería desastrosa,
tan mortal, que acabaría con la vida
que encierra este pecho de mejores deseos.
Con tu simple mirada lejana
me he conformado todo este tiempo.
Y dispuesto estoy a seguir aplazando nuestra
felicidad si tú así lo deseas.
Pero no desees que sea algo eterno,
pues será simplemente imposible contradecir al
tiempo.
Desea mejor que se haga más franca y verdadera
durante nuestras vidas;
que esté llena de buenos y malos temporales,
pues solo así, sabremos resistir lo que la
humanidad llama el vivir.