Dédalo de la Fuente
Con antorcha en mano
bajo las tinieblas con firme paso
mucho tiempo caminamos;
siempre bajo fuego inhumano.
Muchos hermanos perecieron
en la conquista de una vida mejor.
¡Oh, déspota cacique manipulador
nunca te tentaste el corazón
y por culpa tuya los campos
se bañaron de sangre y de dolor!
¡Oh, émulo de explotador,
utilizaste el hambre de los pobres
para enriquecerte a costa
de su miseria y temor!
Más los vientos cargados de esplendor
se esparcieron por todo rededor.
Y por cada hermano que quedó tendido
en el camino con el rostro al sol,
miles de almas se han acercado
por la conquista de una vida mejor.
La infamia y la crueldad
querrán manchar nuestros campos
de tristeza y agonía una y otra vez más.
Y nosotros, con verdad en mano
y el progreso de aliado
lucharemos con valentía y tenacidad.
Hoy las tinieblas se han disipado por la región
y podemos ver la luz majestuosa;
mas nunca dejaremos nuestra antorcha
que con su llama luminosa
nos guío en momentos de opresión.
Ahora nuevos aires se respiran
y buenos tiempos se avecinan
para los desvalidos de la ciudad.
Pero es menester seguir marchando
fuertemente de las manos
para defender el progreso
del pueblo donde se moja la sal.
(He aquí un sencillo reconocimiento al valeroso
pueblo de Ixtapaluca y a sus bravos dirigentes. A los primeros por albergar en
sus corazones la esperanza de nuevos aires y a los segundos por la valentía con
que están enfrentando los nuevos retos y por la fidelidad a su pueblo. ¡Salud,
Maricela Serrano!)