29 mar 2012

El doble discurso y la falta de soluciones.


Liseo González


El tema nuclear, sin duda, ha sido siempre un tema muy grave y delicado, y en los tiempos que corren se ha vuelto peligrosamente  el pan de cada día. Un día sí y otro también se celebran reuniones y conferencias internacionales para buscar soluciones, pero nunca se pasa de la demagogia y de los discursos vacíos; cada quien busca sus propios intereses y se dejan de lado los de la mayoría. Y lo único que va quedando de todo esto es el afán de seguir controlando y sometiendo a más pueblos débiles por el mayor tiempo posible.

Por ejemplo, el Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama,  en la pasada cumbre de seguridad nuclear celebrada en Seúl, Corea del Sur, declaró que la posibilidad de resolver el conflicto con Irán pacíficamente “aún existe”, pero que “la ventana se está cerrando”. Esto sucedió al tiempo que en los Estados Unidos  se declaraba sobre la creación de la mayor bomba convencional -la revienta-búnkeres de 13,6 toneladas- como ‘grandiosa’ para un ataque militar contra Irán. Y ahora las preguntas se hacen necesarias, ¿Así es como los Estados Unidos busca solucionar el tema nuclear? ¿Crear más bombas  es la solución a tal problema? Claro que no.

En el mismo tono, aunque más grotesco y radical, está Israel; el estado hebreo sigue en su terco intento de atacar Irán, ya que los iraníes, según ellos, están produciendo armas nucleares. Incluso espías israelíes han entrado al país islámico para sustentar estas “quejas”. A esto debemos añadir la eliminación de  eminentes científicos iraníes por parte de Israel y sus aliados de la OTAN, que  dejan cada vez claro sus brutales intenciones.

Irán no posee armas nucleares.

En repetidas ocasiones  Irán ha insistido en que su programa nuclear es con fines pacíficos. Se le acusa de producir uranio enriquecido que sirve como combustible energético o componentes de uso médico. Esta posesión o producción no es equivalente a la producción de armas nucleares. Además, Irán no es el único que utiliza uranio enriquecido, diferentes países lo utilizan como fuente de energía y este no puede emplearse en la confección de un arma nuclear sin un proceso previo y complejo de purificación, pero aun así, sus acusadores insisten.


Por el otro lado, Israel, que con la ayuda y la cooperación de Estados Unidos fabricó armamento nuclear sin informar ni rendir cuentas a nadie y  sin reconocer la posesión de estas armas, de las que dispone de cientos. Se sabe también que para impedir el desarrollo de las investigaciones en países árabes vecinos atacó y destruyó los reactores de Irak y de Siria. Y a su vez, ha declarado abiertamente, su propósito de atacar y destruir los centros de producción de combustible nuclear de Irán.

En este sentido, muchos diplomáticos hacen uso del doble discurso, llenándose la boca repitiendo del peligro y de la necesidad de atacar Irán, pero guardando sepulcral silencio hacia casos como Israel. ¿O es que acaso las armas nucleares que posee Israel no son un peligro?

Ante esta amenaza, los líderes iraníes insisten que de ser atacados se defenderán, como lo haría cualquier otro gobierno en el afán de defender a su pueblo y su territorio.
  
Por último, en estos conflictos los medios de comunicación juegan un papel importante que muchas veces lejos de informar sobre la verdad y el fondo de los problemas, desinforman intencionadamente. Encargándose de crear y condenar a “tiranos” y “déspotas” que gobiernan el mundo, tal es el caso de Irán y Siria, en donde se han descubierto campañas de cadenas de televisión americanas y británicas que utilizando agentes especiales como reporteros juegan un papel de provocadores.

Sin duda, la única solución sesuda a este conflicto es la vía pacífica, de lo contario, gravemente nos lamentaríamos como especie humana una guerra a estas alturas de la historia, no hay más.