Chunte Wiñik
Los dulces cantos de las aves blancas que llevo
en el alma
me inspiran a lanzar cantos tan frescos como la
lluvia.
Cantar que suave fluye como los vientos y los
arroyos;
como las nubes de nieve,
impulsados por el aura en el cielo anchuroso.
Canto que llegue a los rincones todos de la
tierra
para que oiga cada hombre.
Hasta en el cielo, la luna y las estrellas
y que sientan en lo más hondo de sus almas
este dulce canto, mi canto clamoroso.
Quiero cantarle a mi pueblo. Quiero cantarle a
mi raza.
Expresar mi rebeldía a traves del canto;
quiero que oigan todos en la tierra
que la injusticia prevalece en nuestro mundo.
Y con los mismos cantos de las aves blancas que
llevo en el alma
cantarles a mis hermanos todos de la tierra:
Pueblo que sufre, pueblo que llora,
¡venid con nosotros!, ¡venid a la lucha!
cantad conmigo este canto, este dulce canto:
Conquistemos un nuevo mundo, la libertad y la justicia.
El agitador, 1926. Diego Rivera |