Ortega de la Rosa
Qué hermosas las estrellas que
nos despiertan del silencio,
que nos tocan sin darnos
cuenta y nos inspiran sin argumentos.
Que regocijadas en tu pecho hacen que brilles como ellas,
que nos abraces y nos
contagies con tal sentimiento;
porque eres bella y tierna,
fuerte y ágil por el gran ser que llevas dentro.