Oh, que este viaje
se ha tornado muy distante.
Mi corazón suspira
alegrías y rosas
cada vez que la
traigo a mi mente.
Espero con
infinito amor paciente
tocar sus manos
hermosas
que me acariciaron
desde niño con ese cariño ardiente.
Y volver a mirar
sus ojos elocuentes,
cual mirar sutil
de una madre esplendorosa,
que lontananza los
posa en su luchar consciente.