“México es un país con muy bajos
niveles salariales, lo que obliga a los trabajadores a prolongar el tiempo de
trabajo en horas extras, quedando así la jornada máxima de ocho horas en simple
ficción. La mitad de la población ocupada trabaja sin contrato, seguridad en el
empleo ni prestaciones de ley; más de doce millones de mexicanos viven en los
Estados Unidos, adonde han debido emigrar en busca de un empleo decoroso; y de
los empleados aquí, más de una tercera parte derrocha su capacidad productiva
en el sector informal, en actividades de sobrevivencia; muchos más son
empujados a la delincuencia, o al ocio forzoso, como los casi ocho millones de
ninis, que ni estudian ni trabajan...”
LA REFORMA LABORAL, MÁS EXPLOTACIÓN Y POBREZA