6 dic 2011

Los medios y cinco años de mal gobierno.




Por: Ricardo Flores RioBlanco

México cumple cinco años de ser gobernado por la derecha liberal. Once años por el PAN. Dos presidentes con diferentes tendencias, sin embargo, los gobiernos de  Fox y Calderón  tienen algo en común: la incapacidad para resolver las necesidades más apremiantes del  Pueblo de México. Comparten, como médicos negligentes, la causa de que el país sucumba ante la mortal enfermedad de la pobreza. Durante este tiempo, han tenido un aliado que se ha encargado de lavar su imagen y desaciertos: Los Medios.  

"Incapacidad para resolver las necesidades más apremiantes del  Pueblo de México"

 Algo que se ha visto durante los dos mandatos del PAN, es que los medios de comunicación no cesan de alabar y en la mayoría de los casos, continuar la campaña de apoyo mediático al sistema (dígase gobernantes también), que nos mantienen en el muro de los países (el segundo, sólo debajo de Chile), con mayor desigualdad económica del mundo, tal y como lo acaba de dar a conocer la OCDE.

Se sabe por ejemplo, que estamos completamente rezagados en la educación; en materia de salud pública; en infraestructura;  que somos campeones en el desempleo y fuga de mano de obra que parte al extranjero; que estamos sumidos en la violencia; y que nuestra clase política está corrompida e infiltrada por mafias  y grupos de poder  minoritarios que deciden el rumbo del país; mientras,  22.3 millones  de mexicanos (cifra oficial) sufren pobreza alimentaria; se habla de más de la mitad de la población que vive en la miseria. La pregunta es: ¿los medios informativos realmente difunden la verdad tal cual es?
Pobreza, ¿mal incurable o incompetencia?

Se habla de narcotráfico, de corrupción, de inseguridad, pero se olvida hablar sobre la pobreza y desigualdad. Se hacen comentarios contra manifestaciones de inconformidad popular y sus efectos al tránsito vehicular, pero se deja a un lado las causas de las manifestaciones, que en su mayoría provienen de la desatención a las necesidades de la población o el incumplimiento de las autoridades; se busca y se exige mano dura contra los quejosos, pero jamás se pone al  gobernante en el banquillo de los acusados; se hace un llamado a defender los valores y reforzar a la familia, pero nunca se dice que desde las altas esferas económicas y políticas hay una carencia total de integridad moral y ética; se busca distorsionar la verdad para que beneficie en un primer lugar a los principales  clientes de las  compañías informativas: la clase política.

 ¿Cuándo se la ha preguntado al Presidente Calderón sobre los empleos que prometió en su campaña presidencial?  ¿Sobre la educación? ¿La pobreza? ¿Porque las compañías de información no han cuestionado al presidente directamente? El costo de las campañas electorales puede aclararnos el panorama. Se ha dicho que México es el país de Latinoamérica donde más caro cuesta cada voto: hasta 1 724 dólares por votante. Se ve claro de dónde parte el interés de cuidar la imagen del presidente, por lo menos hasta que este termine su cargo, pues de otra manera no habría a quien “cargarle el muertito” diría la gente.

Considero que el país va de mal en peor, y me doy cuenta  observando y escuchando a mi alrededor  a la gente; las pláticas que alcanzo a escuchar de la voz del pueblo cada vez que voy en la pecera o ando por las tiendas de supermercados tratando de estirar mi propia cartera; cada vez que visito la periferia de la ciudad, misma que expresa dolor y miseria mezclada con cuerpos que reflejan una agonizante clase trabajadora; en la gran inconformidad y desilusión por parte del pueblo para con la clase política; en el enojo que se acumula en su silvestre ser y amenaza con reventar si algo no se hace al respecto. 

Pero no hay, o casi no hay, quien se ocupe en reproducir esos sentimientos que expresa el pueblo; son ignorados. Mientras, los gobernantes son protegidos por un manto que pareciera ser de oro, pues aunque opacos, brillan como estrellas de cine ante las cámaras o a través de escritos periodísticos que parecen elogios al patrón; verdadera lambisconería.

Los recursos que se derrochan en las campañas políticas son del pueblo, a él deberían de responder los medios y no es así. Se le trata como ovejas y se le engaña sobrestimando su inteligencia; deberían de tener en cuenta la frase de  Abraham Lincoln: Se puede engañar a todos poco tiempo, se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo.