Chunte Wiñik
Dulce sueño querido,
que invades mis pensamientos de noche y de día.
Sueño que me acompañas a todas partes
en todo momento y en todas las cosas,
en mis momentos más solitarios estás conmigo.
Presente en mis instrumentos de trabajo.
Vives en el agua que bebo cada día.
Me acompañas en los momentos más difíciles
y heroicamente me salvas y me liberas.
Enorme sueño querido,
que logras liberarme de maldades,
presente estas en mis platos de cada día
y me alimentas.
Impregnado te llevo en la piel y la ropa.
Dueño de mi corazón y mi conciencia.
Me despejas de toda duda
Iluminas mi camino como una antorcha.
¡Vamos dulce sueño!
¡Vamos a toda prisa!
¡Vamos a toda prisa que no hay tiempo que
perder!
Ya ves que el mundo está callado.
Ya ves que el mundo está dormido.
