Chünte' Wiñik
distanciándose del jardín multicolor.
Seguía con su destino
evocando a veces a su dulce flor.
Erraba en los rincones todos del edén
iluminándose con su dulce resplandor,
entre dulzura y amargura en el corazón
ausentóse del edén encantador.
El peregrino yacía recio en su corazón…
Con ternura cumplía con su deber.
Marchóse a una distante nación
inmolando todo, incluso a su bella flor.
Fue el inicio de una gran transformación
(como el mundo en cada acontecer),
y
de una larga, triste separación,
de la vida del peregrino y la flor.
de la vida del peregrino y la flor.