13 mar 2012

Calderón y su demagogia contra las mujeres


Por Ricardo Flores Ríoblanco

En días pasados se “celebró” el día internacional de la mujer, y en México, diferentes figuras públicas cumplieron con el protocolo de felicitación, pues era “su día”; Felipe Calderón las llamó “la mayor fuerza de transformación” en el país,  y dijo:  “Nuestra meta debe ser erradicar la violencia contra las mujeres, que sigue existiendo en México por desgracia, en particular la violencia intrafamiliar y la trata de personas, una verdadera esclavitud ante la cual sociedad y Gobierno debemos reaccionar con firmeza y con determinación”.

Mi pregunta es: ¿tal meta es alcanzable dentro de un sistema social  que promueve la violencia, la inequidad  y que permite también la degradación de la mujer?

La mujer actual está sujeta a estereotipos muy bien elaborados para determinarle su papel dentro de la sociedad; desde pequeñas se les enseña a ser “madres” de pequeños juguetes y  se les induce a aspirar por “el marido” y “la familia feliz” para alcanzar un estatus social decoroso.  La mercadotecnia utiliza a la mujer y su sensualidad para lograr proyectar su mercancía, logra vender la idea de que si utilizas tal producto, te podrás conseguir una modelo como la del anuncio, y aunque no sea culpa suya, sino del sistema que así las educa, las modelos tratan su cuerpo como si fuese una mercancía, por ello dejan que se les utilice de las maneras más degradantes e insultantes.   

No se diga de los casi infinitos prejuicios que a la mujer se le inculca en cuanto a su apariencia física se refiere, la necesidad de acumular cuanta crema o producto de vestir se necesite para que “luzca bella” y “joven”, los cambios estéticos utilizando “bisturí” e inyecciones, etc.

A México le urge, en efecto, acabar con la inequidad de género, pero no haciendo demagogia ni poniendo de ejemplos a mujeres que por sus características, representan a una clase social determinada, en este caso hablo de “La primera Dama” y de la ya oficial “Candidata Presidencial”.

¿A la mujer de clase pobre, la trabajadora, la madre soltera, la indígena, a ellas quien las representa y defiende? El machismo promovido después de los turbulentos años de la revolución de 1910, cercenó el respeto y admiración que se había ganado la mujer, la cual fue parte activa e importante en la gesta revolucionaria (recordemos a Las Adelitas), que colaboraron al lado de los hombres; así mismo, el machismo –pues a la nación le urgía recuperar la fuerza de producción perdida en los campos de batalla- colaboró a  la sumisión de la mujer ante el hombre, fue excluida como fuerza progresista y pasó a ser “el ama de casa”.

La mujer debe recobrar su papel en la lucha por una sociedad mejor; fue precisamente cumpliendo ese papel como ha ganado sus más importantes batallas, de hecho, gracias a su lucha organizada fue creado lo que en un principió fue llamado el Día Internacional de las Trabajadoras, ahora simplemente llamado “Día Internacional de la Mujer”. 



La mujeres mexicanas tienen mucho por que  luchar aún, pero primero deben exigir un cambio social, proporcional al de sus aspiraciones, es decir, una sociedad donde al ser humano no se le considere como mercancía, sino como lo que es, un ser que posee en sí, la mayor fuerza de transformación que habita este planeta,  su fuerza de trabajo, que es la única generadora de toda riqueza, la cual no es repartida equitativamente, pues sólo un puñado se adueña de la mayor parte, dejando en la miseria a la mayoría, que es donde la mujer ocupa un lugar importantísimo en número, pero que aun así, se le menosprecia y explota al igual (o peor aun), que a los hombres. Su lucha, creo yo, debe ser contra la esclavitud del sistema, que ha sabido seducir la característica sensibilidad femenina, y dormirla ante la aterradora realidad que nos rodea, la pobreza.