29 mar 2012

Arrancan las campañas por el poder



Por Ricardo Flores Ríoblanco

Con bombo y platillo, los diferentes medios de comunicación celebran el arranque de las campañas presidenciales y pregonan el “ejercicio democrático” que el pueblo emprende “libremente” cada seis años. Pero lo cierto es que dichas campañas iniciaron desde hace tiempo, perfilando a los mejores candidatos que el sistema económico y político necesita para seguir existiendo, dejando a un lado las necesidades y las opiniones del pobre.


El pueblo mexicano es, desgraciadamente, uno de los menos politizados en América Latina, sabiendo esa realidad, los medios de comunicación no se tardan en incidir en las mentes de los electores, manipulando sus preferencias y callando su descontento. Sí,  la ignorancia ciega al humano, pero no por ello no le permite anhelar y hasta luchar por lo que cree justo y correcto, es decir, la realidad provoca en algún punto, descontento y deseos de cambio hasta en el más silvestre de nuestros hermanos.

Hasta ahora, no he escuchado a ninguno de los candidatos ofrecer cambiar la realidad en la habitan más de 80 millones de mexicanos, la pobreza en particular. Vemos intentos tímidos de conciliar con el pueblo, escuchamos una refrenda a la política de violencia, y hasta sociedades “amorosas”, pero nada de propuestas concretas para aliviar la miseria.

La inmensa mayoría de los pobres, serán victimas de la manipulación por parte de los medios, de las mentiras-promesas por parte de los candidatos,  de las sucias campañas de descalificaciones, todo como parte de una guerra en la que se discutirán la silla presidencial para desde allí, ejercer el poder sin mirar atrás.

El tiempo de los partidos políticos más influyentes en México, se acaba. Si bien el poder que los medios de información tienen sobre la población es inmenso, las “maquinas de sueños” no podrán sofocar el fuego que se expande gracias a las contradicciones de un sistema que sustenta al hombre más rico del mundo, y al mismo tiempo sume  a más de la mitad de su población en la miseria.


Las elecciones venideras serán las más reñidas entre las elites que desean conservar el poder, y las que buscan hacerse de él; mientras que para el pueblo, la única vía posible de cambio en paz, queda sesgada  a un cambio de personas y formas de como se ejerce el poder, pero no un cambio de fondo para mejorar su dura realidad, la cual, con cada día que pasa, se vuelve insoportable.


Parece que los partidos quieren  hacerse del poder, por el poder, lo que pondrá en juego la estabilidad de una nación que de por si pende de un hilo, peor será si quienes ya tienen el gobierno, emprenden caminos maquiavélicos para quedarse con él; las campañas electorales, a punto de arrancar, buscarán de todo, menos hacer un compromiso de cambio de las condiciones  de  las mayorías.