6 mar 2012

Hecho inadvertido: la prepotencia presidencial


Ricardo Flores Ríoblanco

¿Cuántas veces hemos tenido la oportunidad de reclamar a nuestros gobernantes, nuestras inconformidades? Al pueblo pobre y trabajador  le esta vetado el alzar la voz, se le cierra la boca y cuando grita tratando de llamar la atención, se le tacha de alborotador y mal educado por los más “entendidos”, que el sistema promueve como “defensores de la libertad de expresión”.

Al pueblo le hacen falta espacios en donde se escuche su voz, pero le hacen  más falta gobernantes que lo escuchen y atiendan, que sean sensibles ante el sufrimiento de los que crean con sus manos callosas la riqueza nacional y que hacen patria con su sudor. Recientemente, al Presidente Calderón le fue interrumpido un discurso ante empresarios; el “vociferante” como lo llamó Calderón, fue Tonatiuh Moreno Ramos, estudiante de la Maestría en Comunicación de la Ciencia y la Cultura del Iteso.

Visiblemente ofendido por la interrupción, el Jefe del Estado Mexicano, le dijo que no había necesidad de vociferar, pues él dirigía un estado donde la libertad de expresión estaba permitida, y donde el dialogo era la principal forma de gobernar; Calderón, después de afirmar que había espacios disponibles para que el dialogo entre autoridades y ciudadanos se diera, pidió que antes de hacer cualquier tipo de reclamo, se racionalizara, que hubiera argumentos de por medio y no solo “gritos”, además de pedir, que le dejasen seguir conduciendo el país a su manera, pues era la más acertada y que ni él, ni su gobierno, estaban “cruzados de brazos”.

 A pesar de haber causado un disgusto al presidente, del hecho no se habló casi en los medios de comunicación, pasó casi inadvertido, así mismo la actitud prepotente del Presidente, que abusando del estrado, arremetió contra el inconforme llamándolo “manejado” e “ingenuo”, que dijo, se le llamaba de otra manera en su tierra, pero que estaba en “público”(sic!), ridículo intento de cachetada con guante blanco, insulto contra cualquier intento de crítica proveniente de la sociedad. 

Dejo por último, el párrafo final de  la carta que escribió Tonatiuh Moreno Ramos, esperando que urja a los tres lectores de Voz Activa a defender la verdad: “Muchos mexicanos estamos hartos del lenguaje de las balas y la sangre, y preferimos el de las palabras, aunque a veces tengan que gritarse. ¿Qué logré? Quizá materializar la voz de muchos que queremos que las cosas cambien. No sabía si el incidente terminaría con el silencio y mi detención o habría otras repercusiones. Creo que por lo menos logré que se reavive el debate, volver a darme cuenta de que somos muchos los que no estamos conformes y que podemos alzar la voz. El mundo ha cambiado y podemos cambiarlo. Iniciativas como la del Túmin o espacios como Nuestra Aparente Rendición dan esperanza y cada vez hay más indicios. Cada vez somos más los que creemos que otro mundo es posible.”