21 ago 2012

Esta no es una historia de amor


Liseo González

El día había comenzado sin contratiempos. La rutina a la que todavía no me acostumbraba me traía loco. Salí del trabajo buscando reposo y un poco de tranquilidad, pero los veinte minutos en la estación del tren poco contribuyeron a mi inocente objetivo.

El viento que la velocidad del tren empujaba me llegaba como aire de victoria. En cuanto se abrieron las puertas busqué el asiento más prudente en prevención a una siesta inevitable. La grasa en el asiento que daba a la ventana delataba que no era yo el único amodorrado de ese día.

Pero yo, imbuido en mis pensamientos y decidido ya a cerrar los ojos, me olvidaba que el mundo seguía girando. En la esquina más cercana junto a la puerta, habían unos ojos  que accidentalmente me contemplaban. Dejé de lado mi lasitud y miré con un poco de temor.

Ella me contemplaba y parecía burlarse de mí. Pensé responderle con una mirada de desdén pero ella era muy linda y opté mejor por una típica mueca de gratitud. Me correspondió mirando hacia la ventana sonriendo. Empecé a sudar frio.

Nadie pareció advertir lo que estaba sucediendo. Caras largas y opacas llenaban los asientos. Era tarde y a esta hora nadie se interesa por los demás. Todo mundo después del trabajo, la escuela o la oficina, viene con la mirada perdida y con gran deseo de que el día termine.

En fin, volví a levantar mi mirada buscando la de ella, pero nada. La contemple una vez más y advertí que su forma de vestir era muy simple (aunque para ellas la simpleza equivalga a unas horas frente al espejo). Traía un vestido azul, un discreto maquillaje y unos pequeños aretes. Pero lo mejor eran sus labios rojos, de ese rojo húmedo y exquisito. Su profesión era difícil de adivinarla, porque parecía muy joven.

Antes de llegar a la siguiente estación me miró como despidiéndose. Yo estaba tan encantado que no me di cuenta del bullicio de gente que estaba a punto de inundar el tren. La perdí por completo entre toda esa multitud. Bien hubiera podido pararme, buscarla y hablarle, pero preferí guardarme el momento y me quedé atado al asiento. 

No es que yo vaya enamorándome en cada vagón, pero ella tenía un sutil encanto y una exquisitez en los  labios. Lo que hubiera podido pasar después no importa mucho, en otra ocasión quizás.

Creo que si ella algún día leyera esto se burlaría de mí o por lo menos le arrancaría una sonrisa mi pudor. 

En fin, no importa, esta no es una historia de amor.

Lo que fue


M. González 



Como olvidar la primera vez que te ví,
desde ese día tu rostro se quedó en mí
como un tatuaje que es para siempre,
y que jamás quisiera borrar.

Cómo no recordar aquella aurora
si fue entonces cuando te conocí;
cuando mi corazón se enamoró
por vez primera.

Quiero recordarte así:
con tu hermosa sonrisa
que me hace suspirar a cada instante
y que me llena el alma de felicidad.

Quisiera estar todo el tiempo junto a ti,
podría pasar todo el tiempo contemplándote,
admirando tu encanto, pero nuestras vidas
tomaron rumbos diferentes, te vas.

Yo me quedo con lo que fue.
Decidido a seguir contigo o sin ti,
pues te vas y la vida no termina,
inicia nuevamente, pero ya sin ti.

El peregrino y la flor (Parte III)



Chünte' Wiñik


El peregrino llegó al corazón
de la gran nación conquistador,
abriendo horizontes del futuro
para el mundo entero y la bella flor.

Pasaba el tiempo con firme abnegación
sembrando luces del nuevo amanecer.
Desvanecía así de su corazón
la antigua luz que vio resplandecer.

El peregrino perdió la noción…
De sus recuerdos se esfumó su color,
sin versos, poemas, ni canción
 que alimente el alma de la tierna flor.

Así murió la antigua dulce ilusión.
El mundo comenzaba a oscurecer
gestando tormentosa desilusión
por la ausencia del peregrino de la flor.

Siria, intervención disfrazada.


Liseo González

Hemos sido testigos en recientes semanas del recrudecimiento de los ataques en Siria, esto después de que Rusia y China desaprobaran una vez más con su veto la invasión directa por parte de miembros de la Organización del Tratado por el Atlántico Norte (OTAN).

La ofensiva de la guerra sucia ha ido en aumento y ha escaldo en violencia, como lo prueban los ataques a medios de comunicación y sedes de gobierno. El caso más grave fue registrado el pasado 18 de julio, cuando una terrible explosión por la mañana hizo temblar Damasco, provocando destrucción en la sede de seguridad y la muerte del ministro de Defensa general, Daud Rajha, de su ministro adjunto el general Assef Chawkat, y el general Hassan Turkmani, adjunto al vicepresidente de la Republica, entre otras víctimas.

El atentado terrorista tenía como objetivo claro crear una situación de inestabilidad para Bashar Al Assad, presidente sirio, al que Washington exige su renuncia incondicional. La reacción del gobierno sirio a este ataque, fue nombrar en lo inmediato sucesores de los funcionarios asesinados en medio de un luto nacional. La respuesta de Washington llegó enseguida, acusando a las victimas de ser los culpables de los hechos por no obedecer las ordenes directas de la canciller de EU, Hillary Clinton, quien ha sostenido que lo único que tiene que hacer Al Assad es renunciar y entregar el país a un “Consejo de Transición”, o en otras palabras, entregar el país a una administración colonial.

Los combates que se han llevado a cabo en Siria son  por parte de mercenarios bajo la bandera de “rebeldes”, cuyo objetivo es el desgaste de las fuerzas del gobierno sirio así como el ataque simultaneo a los centros civiles estratégicos para que la población vire su frustración hacia el gobierno, con lo que se busca aumentar el descontento social internamente y de ésa manera obtener apoyo o carne de cañón para la “insurgencia”, y lograr así una situación de caos para derrocar al Gobierno Sirio. Estos “rebeldes”, agrupados en su mayoría en el Ejercito Libre Sirio (ELS) -brazo armado del Consejo Nacional Sirio (CNS)- organización “opositora” que se formó en la ciudad turca de Estambul, el 2 de octubre de 2011 con el auspicio de Turquía y la Unión Europea y que desde un principio se declaró con el objetivo de derrocar al presidente Al Assad mediante una “revolución pacífica.

El famoso CNS ha sido presentado al mundo entero por muchos medios de occidente como la oposición real y verdadera de Siria. Se han incluso organizado encuentros como el “Amigos de Siria” donde se busca ayuda económica para pagar los sueldos de los “rebeldes” (¿rebeldes asalariados?). Estos grupos armados son financiados principalmente por Estados Unidos, Gran Bretaña, Turquía y las monarquías del Golfo Pérsico.

Sin embargo existe una verdadera oposición democrática y de la cual poco se habla; está dentro de Siria y no paga mercenarios para atacar a su propio pueblo  e incluso rechaza toda intervención extranjera.  Esta oposición mantiene una posición crítica sobre el desempeño del gobierno, su falta de democracia y sus manifestaciones de corrupción. Sus demandas: tolerancia en la práctica religiosa, acceso amplio a la educación, seguridad social, derechos a la mujer entre otros. Por lo tanto,  el Consejo  Nacional Sirio o el Ejercito Libre Sirio no representan en ningún caso al pueblo de ese país.

En estos tiempos donde algunas potencias se toman el derecho de juzgar a los demás países como buenos o malos, y emiten sentencias primero y condenas después  sin importarles ni su independencia ni su soberanía.

La necesaria paz para Siria tiene que ser lograda por el propio pueblo sirio; pero la oposición extranjera y sus aliados insisten en exigir la intervención extranjera, intervención que muy lejos de resolver los problemas del pueblo, serviría simplemente para repetir una vez más el caso de Libia.





67 Años de tensa paz y un mundo al margen de la destrucción


Por Ricardo Flores Ríoblanco

6 de Agosto de 1945, fecha en la cual Japón y el mundo recuerdan con dolor el más grande magnicidio perpetuado por Estados Unidos, su único legado tras lanzar la primera bomba nuclear sobre una población indefensa, que con  su fuerza devastadora puso en tormentoso infierno a una ciudad pacífica llena de habitantes desarmados: Hiroshima, dejando 120 000 muertos y 300 000 heridos.

El mundo pende sobre un fino hilo que amenaza con reventarse, por un lado la creciente inestabilidad económica que amenaza con una crisis de proporciones mayores a las pasadas y  por el otro, el aumento del descontento entre las poblaciones del mundo por las medidas adoptadas para salvar al capital, dejando a su suerte a las grandes mayorías. Ahora bien,  las naciones poderosas poseen cientos de armas nucleares y siguen aumentando sus gastos militares como preparándose a utilizarlos en cualquier momento;  Estados Unidos es el  principal país en poseer armas nucleares, estas dos características  encierran a toda la humanidad en una pelea por la supremacía militar y económica entre grandes imperios económicos, lo que  debe obligarnos a pensar en lo riesgoso que es para la raza humana que estas las armas nucleares sigan existiendo , mismas que de ser utilizadas en una guerra a gran escala, podrían terminar con todo el ecosistema y los seres que habitan en él.

La segunda bomba fue lanzada el 9 de agosto del mismo año, en Nagasaki; murieron instantáneamente 75 000 de los 240 000 habitantes, seguidos por la muerte de una suma equivalente por enfermedades y heridas. Se estima que la suma total de muertos fue de bastante más de 140 000 personas, en su inmensa mayoría civiles.

Hiroshima después  de la bomba
El peor atentado contra una población pacifica que se haya registrado en la historia, y ni siquiera fue una táctica de guerra contra instalaciones militares japonesas, pues las ciudades no eran centros de mando militar, de hecho el imperio Japonés libraba su batalla decisiva en la islas de Okinawa, a unos  1,118.15 kilómetros (694.79 millas) de Hiroshima, lugar donde las tropas aliadas, principalmente Estados unidos y Gran Bretaña se propusieron establecer para que desde ahí lanzasen una gran ofensiva militar.

La gran Rusia soviética que fue la que puso fin al nazismo pagando con miles de vidas la liberación de Europa,  se preparó para la Batalla de Manchuria, siendo esta la única intervención Soviética contra el imperio Japonés. Estados Unidos con Truman a la cabeza, marcaba de manera contundente y a la vez devastadora su poderío militar. El Capitalismo había ganado la carrera armamentista y su imposición por la fuerza en las decisiones del mundo, todo a costa de millones de vidas humanas incluyendo estadunidenses. La Rusia Soviética se vio obligada a acelerar sus investigaciones sobre la energía nuclear y su aplicación en armamentismo, la guerra fría asomaba en el horizonte.     

“Los japoneses comenzaron la guerra desde el aire en Pearl Harbor. Ahora les hemos devuelto el golpe multiplicado. Con esta bomba hemos añadido un nuevo y revolucionario incremento en destrucción a fin de aumentar el creciente poder de nuestras fuerzas armadas. En su forma actual, estas bombas se están produciendo. Incluso están en desarrollo otras más potentes. [...] Ahora estamos preparados para arrasar más rápida y completamente toda la fuerza productiva japonesa que se encuentre en cualquier ciudad. Vamos a destruir sus muelles, sus fábricas y sus comunicaciones. No nos engañemos, vamos a destruir completamente el poder de Japón para hacer la guerra. [...] El 26 de julio publicamos en Potsdam un ultimátum para evitar la destrucción total del pueblo japonés. Sus dirigentes rechazaron el ultimátum inmediatamente. Si no aceptan nuestras condiciones pueden esperar una lluvia de destrucción desde el aire como la que nunca se ha visto en esta tierra.”  Harry S. Truman

Una vez vencidos y desmoralizados, los japoneses aceptaron su rendición un 15 de agosto de 1945, dejando en las manos de los americanos su soberanía nacional, temiendo al comunismo soviético aceptaron que fuera Estados Unidos su defensor en caso de alguna intervención extranjera, la monarquía extendía su vida compartiendo el poder con los capitalistas.

La historia recitada por las potencias imperialistas pretende borrar los acontecimientos más salvajes y atroces que se han cometido contra la humanidad, el expresidente   Harry S. Truman  en un discurso por radio a la nación el 9 de agosto de 1945, afirmó textualmente: “El mundo sabrá que la primera bomba atómica se dejó caer sobre una base militar de Hiroshima. Esto fue porque deseábamos en este primer ataque evitar, en la medida en que fuera posible, el asesinato de civiles…”,  el hecho es que la bomba fue lanzada no en una zona meramente civil, las consecuencias las pagaron mujeres y niños, ancianos y trabajadores, no los militares que se encontraban defendiendo Okinawa.

Dicen que la cultura es la mejor forma de expresar los sentimientos más hondos del ser humano, Krzysztof Penderecki  músico polaco, compuso en 1960, Treno por las víctimas de Hiroshima que sería galardonada con el premio de la Unesco. Su estreno oficial tuvo lugar en 1961, en Varsovia, por el conjunto de cuerdas de la Orquesta Filarmónica de Cracovia.

"Treno" es un canto fúnebre, una lamentación por alguna calamidad o desgracia.

Casi diez minutos de una música que en ciertos momentos puede incomodarnos y hacernos revolver en nuestro asiento, pero que debemos escuchar pensando en el motivo por el que fue compuesta: una de las mayores catástrofes provocadas por la ambición y el poder. Habrá algún otro Treno dedicado a la historia de la humanidad, o un réquiem al sistema capitalista  que promueve la guerra como palanca de impulso para la economía.   


Treno de Krzysztof Penderecki


Resultados de las olimpiadas

Por Edwin Ahedo


7 ago 2012

Liberación


K V
De pronto los cielos se abrieron
y una voz de lo profundo gritó:
-¿Qué buscáis?
¿Qué queréis por estas tierras?
¿Qué espíritu o demonio os invocó?-

Y allí estaba él, perdido
con su castigo a cuestas
decretado por el hombre,
impuesto con cadenas y espinas
que ahogan el alma.

Me acerqué y pregúntele:
-¿Por qué te esclavizas a esta soledad
donde nadie te ve y nadie te siente?

¿Por qué te alejas de aquel lugar
donde el sufrimiento es huérfano de consuelo
y el hambre se alimenta de penas
que vagan sin cesar libres por el mundo
buscando la libertad?

¿allá donde el romper las cadenas
que por siglos como pesadas lozas
han echado sobre tus hombros?-

Su mirada temerosa y grave posose en mí.
¡No temas! -le dije- ¡nada habrá que perder
y sí muchas cadenas juntos habremos de romper!


Olimpiadas

Por  Edwin  Ahedo


Las Olimpiadas: la marca más rápida, más fuerte, más alta.


Por Ricardo Flores Ríoblanco

Los cinco Aros Olímpicos que representan la competencia deportiva y sana entre los pueblos del mundo, así como la universalidad de los deportes, han sido rentados por las más grandes marcas de productos que nada tienen que ver con la salud, la nutrición o la fomentación del deporte entre los pueblos, sino que buscan  posicionarse entre los primeros lugares de las  marcas que figuran como líderes en la industria en la que operan y destacan, precisamente por su vocación de generar un alto valor económico a costa de la salud y explotación de los lugares en los que operan, utilizando a los deportistas que son, al final de cuentas, comercializados como un producto más.

El anfitrión, Gran Bretaña, no está a salvo de la crisis europea, el país donde el sistema capitalista logró desarrollarse gracias al avance y aplicación de máquinas que lograron elevar la producción: la conocida revolución industrial; se encuentra desde finales del año pasado en una recesión que ha obligado al gobierno a realizar recortes al gasto público, dejando con ello a miles de desempleados que laboraban en el sector público.

La cede de los juegos olímpicos se determinó en el 2005, cuando la crisis no asomaba su terrible rostro. Para 2008 Tessa Jowell, encargada de la preparación olímpica en el anterior Gobierno británico, del laborista Gordon Brown, dijo que de haber sabido de una eventual crisis económica mundial, “seguramente no nos hubiéramos presentado como candidatos”. En contraste, el Comité Olímpico Internacional (COI) garantizó que los Juegos 2012 podían ser un buen negocio y no sólo un gasto, destacando el aumento de los ingresos por derechos de retransmisión y el aporte de los grandes patrocinadores, así como la comercialización de productos; los organizadores del evento deportivo más importante del mundo, mostraban su verdadera concepción sobre el deporte: negocio lucrativo que se da gracias al espectáculo de deportistas con un alto rendimiento.

Existe una tensión social en gran parte de Europa por las medidas adoptadas por países como Grecia y España en la misma Inglaterra que sigue experimentando rebeldía estudiantil y obrera por los recortes, y muy a pesar de que los juegos den trabajo a desempleados, estos serán de corto plazo, pues las olimpiadas son pasajeras, es decir, la clase obrera del país (tan solo una parte), recibirá migajas mientras las empresas patrocinadoras se llevarán la mayor tajada del pastel, no solo eso, mientras a las mayorías se les aumentan los impuestos sobre la renta, la comida, y productos útiles, el Comité Olímpico Internacional (COI)  ha declarado paraíso fiscal la zona de las olimpiadas, eximiendo a todas las empresas de pagar impuesto alguno.

Las olimpiadas se han vuelto un negocio, principalmente para las grandes cadenas televisivas que se adueñan de los derechos de retransmisión, sumas millonarias que en nada van a parar al desarrollo y fomentación del deporte en los países. En nuestros tiempos se ha logrado perfeccionar la explotación de los deportistas a tal grado que ellos ven en el deporte no una forma de expresión humana que refleja salud, inteligencia, organización, disciplina y fraternidad, sino como una forma de subsistencia para alcanzar un mejor nivel de vida para ellos y sus familias, sus logros deportivos se ven opacados por sus aspiraciones económicas, algo de lo que no son culpables, sino víctimas de una sociedad donde todo lo que genere ganancias, tiene un futuro y lugar en el mercado, siempre y cuando los gastos sean mínimos y las ganancias sean máximas.

La euforia que crean la competencias no se compara en nada al consumismo que se genera entre los aficionados por vestir, comer y poseer artículos -algunos innecesarios- que los deportistas más destacados lucen y comercializan; vemos a grandes deportistas participando en campañas publicitarias que nada tienen que ver con el deporte, desde automóviles hasta sodas con alto contenido en azúcar, marcas de ropa deportiva, relojes, etc., todos tienen lugar, menos el deporte en sí.
Mientras Europa se hunde en una crisis cada vez más devastadora para la clase obrera, las fiestas olímpicas en Londres crean una contradicción aun mayor, pues mientras los gobiernos hablan de austeridad financiera, Gran Bretaña ha gastado millonadas en infraestructura con dinero público, beneficiando a grandes constructoras británicas, ha concedido la exclusividad a VISA para ser la única tarjeta aceptada en los juegos, ha dado espacios alrededor de los estadios a compañías para que promocionen gratuitamente sus productos, han privatizado incluso la seguridad en los estadios, se han demolido barrios para construir zonas residenciales de lujo para que adinerados puedan estar cerca de los eventos y se han desplazado a miles de familias pobres para crear la llamada “zona olímpica”.

El día de la inauguración, no todo fue festividad, hubo protestas por parte de organizaciones sociales que reclamaban los altos costos de las olimpiadas, los bajos salarios de los trabajadores que trabajan en los juegos, las restricciones en diversos puntos de la cuidad que afectaron a los taxistas, los altos costos en las entradas de los juegos, y la violación al derecho de protesta pública en cualquier punto de la ciudad, la respuesta del gobierno inglés, fue la represión policiaca, oídos sordos y ojos ciegos.

No cabe duda que la humanidad debe rescatar el deporte de las pocas manos que lo controlan; la deshumanización en el deporte es la privatización del deporte, la competencia entre los pueblos debe ser para crear más fraternidad y unión en tiempos de lucha y crisis, un espíritu más combativo, más humano, pues ser más rápido, más fuerte, más alto, es tan sólo una parte de lo que el deporte ofrece al ser humano, pero no lo esencial.  






Aquella idea


Liseo González

El calor del verano recorría la habitación milímetro por milímetro hasta cubrirla por completo. Aquel bochornoso calor incitaba a los hambrientos mosquitos a volar impacientes buscando inocentes víctimas para saciar sus sangrientos deseos.

En el baño las gotas de la regadera caían pesadas y húmedas. El hombre se enjuagó y salió de la regadera. La toalla le estrujaba la piel secando las tímidas gotas de agua que aún se aferraban a su cuerpo. Se miró al espejo y se dio cuenta de lo poco  que había cambiado, unos cuantos cabellos de menos era lo más relevante. Después de secarse, tomó su cepillo dental que tenazmente iba de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo limpiando la dentadura. Tomó sus ropas sucias y la toalla húmeda. Antes de abrir la puerta se hundió en algunos pensamientos que hacia unas horas le daban vueltas en la cabeza. Bajó los escalones repasándolos uno a uno. De vuelta a la habitación iba desechando los menos interesantes hasta quedarse con el que le causaba más interés y curiosidad.
                                        
En alguna esquina los sonidos de un swing eran digeridos por unas viejas bocinas: ajetreados, bailables, dulces y distantes. El café hervía dejando escapar su grato olor.

¿Idea, pensamiento, sueño? Lo que fuera, no era nada del otro mundo. Sin embargo, dentro de su cabeza fue creciendo y su atractivo se mostraba más apetecible. Aquel pensamiento, cada vez más agudo y convincente lo atrapaba. Las manos le sudaban y el corazón le latía dándole graves golpes en el pecho.

-Es necesario hacer algo, pero ¿Qué hacer?-  se decía a si mismo en la soledad de aquel lugar.

Recorrió la habitación como buscando algo, sin la clara idea de lo que quería. Tomó un sorbo de agua y se tumbó en el sofá. Examinó todo: cuadros, libros, bocinas, hojas, mesa. Se dirigió  a la mesa y prendió la computadora; la pantalla reflejaba su rostro opaco que él miraba con futileza.

Ese extraño pensamiento se hacia más fuerte, pero aun no sabía que hacer con él. Bien lo habría podido dejar arrumbado en algún discreto lugar de la memoria o simplemente dejar que se esfumara con los segundos. Pero se dio cuenta que no era justo dejar perecer una idea sin antes por lo menos haber intentado hacer algo.

-¿Qué hago?, ¿Qué hago?, ¿Qué hago…? - se repetía insistentemente.

Tomó un poco de café. La idea lo seguía como los latidos de su corazón y le recorría vena por vena, musculo por musculo. Había que hacer algo y no simplemente contemplarla ahí encerrada en una neurona que buscaba brincar los puentes y salir.

Volvió a la mesa y de la pila de hojas que había tomó una que estaba mal acomodada. Miró los libros y sonrió. Era tarde y estaba cansado. Recorrió con la mirada una vez más la habitación. Entonces agarró una pluma y no acertó otra cosa mejor que escribir. Y escribió:

“El calor del verano recorría la habitación milímetro por milímetro hasta cubrirla por completo. El bochornoso calor incitaba a los hambrientos mosquitos a volar impacientes buscando inocentes víctimas para saciar sus sangrientos deseos….”

La espina dorsal

Aldonza Hudson

Aquí estoy:
la espina dorsal de mi vida
poco a poco encorvada
por las tareas, que como lápiz
candente la matizan, colorean,
definen en medio de un dolor tan grande,
tan profundo, tan sabio
que muere y vive iluminado
por los armoniosos cantos desprendidos
emanados como torrentes cargados
de sufrimientos, alegrías, tristezas
e Ilusiones que tocan a la puerta
del oído de mi alma.
Mas mi alma, fiel compañera
que conmigo avanza y vocifera,
grita y maldice lo que otros callan por temor.
No ha de morir.
El tiempo y la vida han doblegado
la espina dorsal de mi cuerpo.
Mas mi alma sigue erguida
jubilosa y radiante.
Y solo ha de morir el día
que este mundo esté libre
de miseria y de dolor.



Sin solución.

Por Edwin Ahedo