Por Ricardo
Flores Ríoblanco
6 de Agosto de 1945, fecha en la cual Japón y el mundo recuerdan con
dolor el más grande magnicidio perpetuado por Estados Unidos, su único legado
tras lanzar la primera bomba nuclear sobre una población indefensa, que con su fuerza devastadora puso en tormentoso
infierno a una ciudad pacífica llena de habitantes desarmados: Hiroshima,
dejando 120 000 muertos y 300 000 heridos.
El mundo pende
sobre un fino hilo que amenaza con reventarse, por un lado la creciente
inestabilidad económica que amenaza con una crisis de proporciones mayores a las
pasadas y por el otro, el aumento del
descontento entre las poblaciones del mundo por las medidas adoptadas para
salvar al capital, dejando a su suerte a las grandes mayorías. Ahora bien, las naciones poderosas poseen cientos de armas
nucleares y siguen aumentando sus gastos militares como preparándose a
utilizarlos en cualquier momento; Estados Unidos es el principal país en poseer armas nucleares, estas
dos características encierran a toda la
humanidad en una pelea por la supremacía militar y económica entre grandes
imperios económicos, lo que debe
obligarnos a pensar en lo riesgoso que es para la raza humana que estas las
armas nucleares sigan existiendo , mismas que de ser utilizadas en una guerra a
gran escala, podrían terminar con todo el ecosistema y los seres que habitan en
él.
La segunda bomba
fue lanzada el 9 de agosto del mismo año, en Nagasaki; murieron
instantáneamente 75 000 de los 240 000 habitantes, seguidos por la muerte de
una suma equivalente por enfermedades y heridas. Se estima que la suma total de
muertos fue de bastante más de 140 000 personas, en su inmensa mayoría civiles.
Hiroshima después de la bomba |
El peor atentado
contra una población pacifica que se haya registrado en la historia, y ni
siquiera fue una táctica de guerra contra instalaciones militares japonesas,
pues las ciudades no eran centros de mando militar, de hecho el imperio Japonés
libraba su batalla decisiva en la islas de Okinawa, a unos 1,118.15 kilómetros (694.79 millas) de
Hiroshima, lugar donde las tropas aliadas, principalmente Estados unidos y Gran
Bretaña se propusieron establecer para que desde ahí lanzasen una gran ofensiva
militar.
La gran Rusia
soviética que fue la que puso fin al nazismo pagando con miles de vidas la
liberación de Europa, se preparó para la
Batalla de Manchuria, siendo esta la única intervención Soviética contra el
imperio Japonés. Estados Unidos con Truman a la cabeza, marcaba de manera
contundente y a la vez devastadora su poderío militar. El Capitalismo había
ganado la carrera armamentista y su imposición por la fuerza en las decisiones
del mundo, todo a costa de millones de vidas humanas incluyendo estadunidenses.
La Rusia Soviética se vio obligada a acelerar sus investigaciones sobre la
energía nuclear y su aplicación en armamentismo, la guerra fría asomaba en el
horizonte.
“Los japoneses
comenzaron la guerra desde el aire en Pearl Harbor. Ahora les hemos devuelto el
golpe multiplicado. Con esta bomba hemos añadido un nuevo y revolucionario
incremento en destrucción a fin de aumentar el creciente poder de nuestras
fuerzas armadas. En su forma actual, estas bombas se están produciendo. Incluso
están en desarrollo otras más potentes. [...] Ahora estamos preparados para
arrasar más rápida y completamente toda la fuerza productiva japonesa que se
encuentre en cualquier ciudad. Vamos a destruir sus muelles, sus fábricas y sus
comunicaciones. No nos engañemos, vamos a destruir completamente el poder de
Japón para hacer la guerra. [...] El 26 de julio publicamos en Potsdam un
ultimátum para evitar la destrucción total del pueblo japonés. Sus dirigentes
rechazaron el ultimátum inmediatamente. Si no aceptan nuestras condiciones
pueden esperar una lluvia de destrucción desde el aire como la que nunca se ha
visto en esta tierra.” Harry S. Truman
Una vez vencidos
y desmoralizados, los japoneses aceptaron su rendición un 15 de agosto de 1945,
dejando en las manos de los americanos su soberanía nacional, temiendo al
comunismo soviético aceptaron que fuera Estados Unidos su defensor en caso de
alguna intervención extranjera, la monarquía extendía su vida compartiendo el
poder con los capitalistas.
La historia
recitada por las potencias imperialistas pretende borrar los acontecimientos
más salvajes y atroces que se han cometido contra la humanidad, el
expresidente Harry S. Truman en un discurso por radio a la nación el 9 de
agosto de 1945, afirmó textualmente: “El mundo sabrá que la primera bomba
atómica se dejó caer sobre una base militar de Hiroshima. Esto fue porque
deseábamos en este primer ataque evitar, en la medida en que fuera posible, el
asesinato de civiles…”, el hecho es que
la bomba fue lanzada no en una zona meramente civil, las consecuencias las
pagaron mujeres y niños, ancianos y trabajadores, no los militares que se
encontraban defendiendo Okinawa.
Dicen que la
cultura es la mejor forma de expresar los sentimientos más hondos del ser
humano, Krzysztof Penderecki músico
polaco, compuso en 1960, Treno por las víctimas de Hiroshima que sería
galardonada con el premio de la Unesco. Su estreno oficial tuvo lugar en 1961,
en Varsovia, por el conjunto de cuerdas de la Orquesta Filarmónica de Cracovia.
"Treno"
es un canto fúnebre, una lamentación por alguna calamidad o desgracia.
Casi diez
minutos de una música que en ciertos momentos puede incomodarnos y hacernos
revolver en nuestro asiento, pero que debemos escuchar pensando en el motivo
por el que fue compuesta: una de las mayores catástrofes provocadas por la
ambición y el poder. Habrá algún otro Treno dedicado a la historia de la
humanidad, o un réquiem al sistema capitalista
que promueve la guerra como palanca de impulso para la economía.