Tomado del muro de Omar Carreón Abud
Mal empieza la semana al que ahorcan
en lunes. Mal empezamos el año con los nuevos salarios mínimos anunciados con
prisa antes de la fecha en la que se anunciaban en años anteriores. La noticia
para los trabajadores es que ahora ganarán un salario mínimo 2 pesos con 43
centavos más elevado que el salario que ganaban el año que terminó. El
porcentaje de aumento llegó al 3.9, cantidad que es exactamente igual al
crecimiento de la economía que ha sido pronosticado por la ONU para este 2013;
es inferior al 4.2 por ciento que fue el aumento que se autorizó para el 2012
y, es inferior, al 4 por ciento que era -¡sorpréndase usted!- la propuesta
inicial de las organizaciones empresariales del país. Mal empezamos, pues, el
año, ya que para nadie es desconocido que independientemente de lo que se
declare acerca de la “amplía libertad para negociar entre las partes” o de
“considerar la productividad”, es el aumento al salario mínimo el que marca la
pauta para todos los aumentos en todas las empresas del país durante todo el
año.
Pero no se espante con eso, falta todavía más.
La ONU calcula que durante este 2013 la economía mundial seguirá
desacelerándose y que los peligros de una nueva recesión no han desaparecido. Eso
lo dice en su informe Situación económica mundial y perspectivas 2013 y
especifica que, entre otras, las causas de esta desaceleración se encuentran en
los severos ajustes fiscales que se ha visto obligado a operar Estados Unidos
ante su gigantesco déficit, país que este año sólo crecerá a una tasa de 1.7%;
la crisis europea y, también es causa, una importante desaceleración de la
economía china. Para cualquier proyección del futuro económico, es necesario
tomar en cuenta que Estados Unidos y Europa van a necesitar, en el mejor de los
casos, al menos otros cinco años para compensar la pérdida de empleos
ocasionada por la crisis de 2008-2009. Ahora bien, este informe de la ONU prevé
para México, como ya dije, un modesto crecimiento de apenas el 3.9 por ciento
para este 2013 y un 3.8 por ciento para 2014, como consecuencia de que sus
exportaciones a los países en crisis se han visto reducidas. Nada que haga
abrigar esperanzas de una mejora en la calidad de vida de los mexicanos.
¿Y qué más? Proliferan las noticias de empresas
corruptas que no se ciñen a la teoría analgésica de la libre empresa y la libre
concurrencia para obtener sus ganancias fabulosas, sino que, además de su
enorme tamaño, ponen en la balanza el uso de ingentes recursos para corromper
autoridades. Apenas se ha sabido que Wal-Mart, el coloso de las ventas al
menudeo que tiene 10 mil 400 tiendas en 27 países y para la cual trabajan 2
millones 200 mil empleados, ha estado dando mordidas a funcionarios mexicanos
para que le faciliten los trámites y le permitan operar. Según un reportaje
publicado por el diario New York Times, la empresa pagó sobornos en México para
que la dejaran abrir por lo menos 19 tiendas. Wal-Mart respondió oficialmente
en días pasados, declarando que esos hechos ocurrieron entre 2003 y 2004;
entonces era su jefe de operaciones internacionales Michael Duke, quien ahora
es el presidente y el ejecutivo en jefe de la empresa, pero falta todavía saber
quiénes fueron los funcionarios que recibieron los sobornos que pagó la empresa
comercial más grande del mundo. ¿Alguna intendente? ¿algún velador? ¿Sería un
simple chofer? ¿Se sabrá algún día la verdad?
Otra noticia de corrupción en grande que ha
corrido por el mundo es la que señala que el prestigiadísimo banco suizo UBS ha
tenido que llegar a acuerdos de pagos multimillonarios a manera de indemnizaciones,
es decir, ha aceptado su culpa, por la manipulación mundial de la tasa de
interés Libor. Para los efectos de este modesto trabajo, baste decir que la
tasa Libor es una tasa de interés de, digamos así, peso mundial, que señala los
intereses que deberán cobrar los bancos en todos sus préstamos. Pues bien, la
noticia de la manipulación de la tasa Libor por parte del banco UBS, demuestra
que la mentada oferta y demanda de dinero que establecía las tasas bancarias de
interés, no existió y que sólo se trató de la manipulación de viles truhanes
que decidían, en la intimidad de sus oficinas, los intereses que debían pagar
por sus créditos millones de empresas y personas en todo el mundo. El
respetable capital financiero en cueros.
Pero no se crea que a todos les va a ir mal en
este 2013, no hay porque ser tan pesimista. Según todas las predicciones, a los
más ricos del planeta, es decir a los dueños de las grandes empresas e
instituciones financieras, les va a seguir yendo como hasta ahora: muy bien; en
medio de la severísima crisis, de la que todavía el mundo entero no sale y ha
resultado ser la más grande en toda la historia del modo de producción
capitalista, los más grandes patrones, aumentaron sus ganancias a una tasa
anual de casi el 10 por ciento. Nada mal si tomamos en cuenta que cientos de
millones de seres humanos cayeron en la pobreza y en la miseria en estos mismos
años. Un estudio, elaborado por Merrill Lynch-Capgemini indica que 10.9
millones de personas, es decir el 0.15 por ciento de la población mundial que
se calcula en 7 mil millones, reúne una fortuna que asciende a 39 veces el
producto interno bruto (PIB) de México y que en los años que vienen seguirá
medrando sin pausa.
¿Y a los patrones de México? Desgraciadamente
no tengo a la mano datos de sus utilidades, pero sí los tengo de lo que han
sacado del país en los últimos años, información que puede dar una idea
aproximada acerca de si con la crisis les está yendo mal o bien. Veamos: en el
sexenio de Felipe Calderón, los patrones mexicanos transfirieron al extranjero,
ya sea a cuentas bancarias o a inversiones directas, según información del
Banco de México, 111 mil 38.9 millones de dólares, cantidad que supera en 70
por ciento al saldo de las nuevas inversiones extranjeras que llegaron a México
en el mismo período y, para mayor ilustración, debe agregarse que desde hace
muchas décadas no se había transferido el extranjero tal cantidad de recursos.
Así de que no para todos será un año nuevo
sombrío. No. Mientras los grandes ricachos se hartarán de ganar dinero que
nunca podrán gastar en bienes de consumo propio, la inmensa masa del mundo
seguirá muriéndose de hambre. Hoy, pues, cobra más necesidad y más eficacia que
nunca, el llamado fraterno y apasionado de los antorchistas a todos los mexicanos
que sobreviven con su trabajo: “¡Organízate y lucha!”.