24 ene 2012

Los medios y sus cortinas de humo.



Por: Ricardo Flores Ríoblanco


Hay mucha difusión sobre el número de muertes que han provocado los seis años de mandato de Felipe Calderón, sin embargo, todo esto deja una realidad olvidada que aterra y provoca más espanto que la cifra de cincuenta mil victimas. Me refiero a la cifra de pobres que hay en el país; a la cifra de desempleados; al número de comunidades marginadas que habitan las periferias de las ciudades y del campo y que viven en condiciones infrahumanas; a los jóvenes que no tienen oportunidad de estudiar o trabajar y en general a las estadísticas que indican que la población mexicana vive en una, ya casi, intolerable desigualdad.


Son esos los temas que no se abordan en los medios de comunicación, temas que por su delicadeza, agitarían y pondrían en tela de juicio nuestro sistema económico y político actual,  el cual permite que más de la mitad de los mexicanos viva en una lacerante pobreza, mientras que por otro  lado tengamos a los hombres mas ricos del mundo, y digo tengamos, pues, no tan solo tenemos al empresario que destaca en la bolsa de valores de Wall Street, sino que  también tenemos al narcotraficante que, aunque visto mal,  aparece en la  revista Forbes como uno de los hombres más poderosos del mundo.


Recientemente aplicó en el país otro “gasolinazo”, el décimo segundo, de lo que se puede deducir que habrá incremento en la canasta básica y en los demás productos; esto en un país  donde recientemente la Comisión Nacional de Salarios Mínimos incrementó el salario en 4.2% en total, un aumento de ¡2.63 pesos! Vaya miseria. Y de eso, los medios casi ni hablan.


¿Y qué pasa cuando el pueblo se lanza a las calles para exigir lo que por derecho les corresponde: vivienda justa y decorosa, servicios, educación, salud, etc.? Los medios velando por el derecho de transito de los señores automovilistas, piden regulaciones a las manifestaciones públicas, e incluso, algunos más radicales piden cárcel y represión, como la ocurrida en Guerrero contra los estudiantes. Pero, ¿por qué no alzan así la voz contra el incremento a las gasolinas si es que tanta preocupación tienen por los automovilistas y por la población en general?,  ¿Será que su libertad de prensa está mas atada al poder y sus intereses que a la “libertad”?


En un año de elecciones presidenciales, creo que los medios se encargan ya de incidir en las mentes de los votantes y la opinión pública, pues generan la idea de que lo imprescindible para el país es un cambio de estrategia en la lucha contra del crimen organizado; aparecen ya los candidatos asegurando “mano firme contra el narco” y “respeto y aplicación de las leyes” y demás eslóganes, se busca generar la idea de combatir un efecto de los muchos  que ocasiona la desigualdad social, más no cambiar la causa de esa desigualdad, que no es otra mas que la mala repartición de la riqueza nacional y la falta de aplicación a los derechos humanos básicos por parte de nuestros gobernantes: vivienda, salud, educación, trabajo, etc.


Así pues, en el arranque de este año en nuestra tierra árida de justicia social y llena de contradicciones casi bíblicas, nuestro gobierno se muestra incompetente a resolverlas; las cortinas de humo que buscan cubrir la pobreza, son quizás más peligrosas que la misma realidad, pues, en estos días de sufrimiento y hambre, al pueblo mexicano no le va importar tanto quien combata más eficazmente al crimen organizado, sino quien lo conduzca con eficacia, honradez, y decisión profunda, respondiéndole a él y no a una elite, en cuanto a sus necesidades. De otra manera, la paciencia al pueblo pobre se le agotará, pues el hambre, la injusticia y la represión hacen del hombre un ser peligrosísimo.