Por: Ricardo Flores Ríoblanco
Hay mucha difusión sobre el número
de muertes que han provocado los seis años de mandato de Felipe Calderón, sin
embargo, todo esto deja una realidad olvidada que aterra y provoca más espanto que
la cifra de cincuenta mil victimas. Me refiero a la cifra de pobres que hay en
el país; a la cifra de desempleados; al número de comunidades marginadas que
habitan las periferias de las ciudades y del campo y que viven en condiciones
infrahumanas; a los jóvenes que no tienen oportunidad de estudiar o trabajar y
en general a las estadísticas que indican que la población mexicana vive en una,
ya casi, intolerable desigualdad.
Son esos los temas que no se abordan en los
medios de comunicación, temas que por su delicadeza, agitarían y pondrían en
tela de juicio nuestro sistema económico y político actual, el cual permite que más de la mitad de los
mexicanos viva en una lacerante pobreza, mientras que por otro lado tengamos a los hombres mas ricos del
mundo, y digo tengamos, pues, no tan solo tenemos al empresario que destaca en
la bolsa de valores de Wall Street, sino que también tenemos al narcotraficante que, aunque
visto mal, aparece en la revista Forbes como uno de los hombres más
poderosos del mundo.
Recientemente aplicó en el país otro
“gasolinazo”, el décimo segundo, de lo que se puede deducir que habrá
incremento en la canasta básica y en los demás productos; esto en un país donde recientemente la Comisión Nacional de
Salarios Mínimos incrementó el salario en 4.2% en total, un aumento de ¡2.63
pesos! Vaya miseria. Y de eso, los medios casi ni hablan.
¿Y qué pasa cuando el pueblo se lanza a las
calles para exigir lo que por derecho les corresponde: vivienda justa y
decorosa, servicios, educación, salud, etc.? Los medios velando por el derecho
de transito de los señores automovilistas, piden regulaciones a las
manifestaciones públicas, e incluso, algunos más radicales piden cárcel y
represión, como la ocurrida en Guerrero contra los estudiantes. Pero, ¿por qué
no alzan así la voz contra el incremento a las gasolinas si es que tanta
preocupación tienen por los automovilistas y por la población en general?, ¿Será que su libertad de prensa está mas
atada al poder y sus intereses que a la “libertad”?
En un año de elecciones presidenciales, creo
que los medios se encargan ya de incidir en las mentes de los votantes y la
opinión pública, pues generan la idea de que lo imprescindible para el país es
un cambio de estrategia en la lucha contra del crimen organizado; aparecen ya
los candidatos asegurando “mano firme contra el narco” y “respeto y aplicación
de las leyes” y demás eslóganes, se busca generar la idea de combatir un efecto
de los muchos que ocasiona la
desigualdad social, más no cambiar la causa de esa desigualdad, que no es otra
mas que la mala repartición de la riqueza nacional y la falta de aplicación a
los derechos humanos básicos por parte de nuestros gobernantes: vivienda,
salud, educación, trabajo, etc.
Así pues, en el arranque de este año en nuestra
tierra árida de justicia social y llena de contradicciones casi bíblicas,
nuestro gobierno se muestra incompetente a resolverlas; las cortinas de humo
que buscan cubrir la pobreza, son quizás más peligrosas que la misma realidad,
pues, en estos días de sufrimiento y hambre, al pueblo mexicano no le va
importar tanto quien combata más eficazmente al crimen organizado, sino quien
lo conduzca con eficacia, honradez, y decisión profunda, respondiéndole a él y
no a una elite, en cuanto a sus necesidades. De otra manera, la paciencia al
pueblo pobre se le agotará, pues el hambre, la injusticia y la represión hacen
del hombre un ser peligrosísimo.