Por: Ricardo Flores Rioblanco
Chihuahua, se convierte de pronto en
un Estado que refleja ante el mundo la precaria situación en la que se
encuentra nuestro país; y como maniobra para paliar el descontento y que vean
que “se hace algo” por parte de los gobiernos Estatal y Federal, se inicia una
campaña por medio del aparato de difusión, distracción, embrutecedor y manipulador de conciencias de los poderosos (los medios de comunicación),
que anuncian ayuda para los pueblos indígenas de la ancestral tribu Rarámuri,
ubicados en la Sierra Madre Occidental; los cuales, y a pesar de que vivimos en
pleno siglo XXI, siguen siendo tratados como
antes de la gesta revolucionaria de 1910.
Se sabe desde hace tiempo, que Chihuahua lleva
años sin atender a estas comunidades indígenas, sin embargo, “la nota” tomó
vuelo en la segunda semana de enero, cuando el Gobernador priista Cesar Duarte
negó que hubiera suicidios derivados por el hambre entre los Tarahumaras; esto
a raíz de que Ramón Gardea, miembro del Frente Organizado de Campesinos
Indígenas, denunció que hasta diciembre del 2011, se habían
registrado 50 muertes ocasionadas por la
desesperación y “tristeza de no tener que dar a comer a sus hijos” en las comunidades
de la sierra, declaró en entrevista Gardea.
Ramón Gardea, miembro del Frente Organizado de Campesinos
Indígenas.
Después de que el gobernador negara los
señalamientos, Ramón Gardea ratificó lo dicho, y denunció que éste asunto se
sabía desde el 2010, cuando la cifra de suicidios por hambre fue más alta aún, siendo
en aquel entonces 75 las muertes. La respuesta del Gobierno Estatal de
Chihuahua, después de las duras declaraciones, fue insensible, fría, condenatoria y hasta
despreciativa hacia las comunidades indígenas, pues, dijeron en su comunicado
oficial, que, “Sólo el que no conoce la idiosincrasia de la raza Tarahumara
podría creer semejante versión”, a lo que agregó, “su formación en la dureza de
la sierra, los hace hombres y mujeres con un temple a toda prueba”; lo que
quiere decir, que ellos conocen acerca de las condiciones durísimas en las
que viven los indígenas, pero que de acuerdo a su concepción de esta noble raza
que tiene “hombres y mujeres con un temple a toda prueba”, ¡pues que aguanten!
Las declaraciones del líder campesino fueron
mas allá, dijo que derivado de las sequias y de la falta de apoyo por parte del Gobierno Federal, los indígenas no podían ni siquiera cultivar para su
autoconsumo, además, de que sus artesanos (por cierto muy reconocidos por sus
habilidades), eran tratados como peones del siglo XIX, pues aseguró, las
tiendas de raya aun existían; además de señalar que sus condiciones de vida son precarias e inhumanas, sobre todo, en
estas épocas de frío, cuando las temperaturas en la sierra bajan a menos cero
grados centígrados.
Indigenas Tarahumaras.
El pueblo Tarahumara ha sido obligado a vivir
en las sierras; despojado de sus tierras y víctima de abusos contra su raza por la mano del
“hombre civilizado”; vive en zonas totalmente marginadas, sin ningún servicio o
acceso, pues se sabe que se tendrán que utilizar helicópteros para llevar los
alimentos de “ayuda”, que más bien, son migajas para un pueblo que necesita
progreso, desarrollo y tecnología para
hacer que sus tierras sean productivas; la marginación a la que ha sido
sometido, lo está llevando al exterminio colectivo, algo que nuestra clase
política tendrá que responder algún día, primero, ante el pueblo que pedirá
justicia (de una manera u otra manera), y después, ante la historia, que guardará un lugar para ellos en la lista de genocidas.