31 ene 2012

Migajas para los hambrientos.



Por: Ricardo Flores Rioblanco

Chihuahua, se convierte de pronto en un Estado que refleja ante el mundo la precaria situación en la que se encuentra nuestro país; y como maniobra para paliar el descontento y que vean que “se hace algo” por parte de los gobiernos Estatal y Federal, se inicia una campaña por medio del aparato de difusión, distracción, embrutecedor  y manipulador de conciencias  de los poderosos (los medios de comunicación), que anuncian ayuda para los pueblos indígenas de la ancestral tribu Rarámuri, ubicados en la Sierra Madre Occidental; los cuales, y a pesar de que vivimos en pleno siglo XXI, siguen siendo tratados como  antes de la gesta revolucionaria de 1910.  


Se sabe desde hace tiempo, que Chihuahua lleva años sin atender a estas comunidades indígenas, sin embargo, “la nota” tomó vuelo en la segunda semana de enero, cuando el Gobernador priista Cesar Duarte negó que hubiera suicidios derivados por el hambre entre los Tarahumaras; esto a raíz de que Ramón Gardea, miembro del Frente Organizado de Campesinos Indígenas,  denunció  que hasta diciembre del 2011, se habían registrado 50 muertes ocasionadas  por la desesperación y “tristeza de no tener que dar a comer a sus hijos” en las comunidades de la sierra, declaró en entrevista Gardea.

 Ramón Gardea, miembro del Frente Organizado de Campesinos Indígenas.


Después de que el gobernador negara los señalamientos, Ramón Gardea ratificó lo dicho, y denunció que éste asunto se sabía desde el 2010, cuando la cifra de suicidios por hambre fue más alta aún, siendo en aquel entonces 75 las muertes. La respuesta del Gobierno Estatal de Chihuahua, después de las duras declaraciones,  fue insensible, fría, condenatoria y hasta despreciativa hacia las comunidades indígenas, pues, dijeron en su comunicado oficial, que, “Sólo el que no conoce la idiosincrasia de la raza Tarahumara podría creer semejante versión”, a lo que agregó, “su formación en la dureza de la sierra, los hace hombres y mujeres con un temple a toda prueba”; lo que quiere decir, que  ellos conocen  acerca de las condiciones durísimas en las que viven los indígenas, pero que de acuerdo a su concepción de esta noble raza que tiene “hombres y mujeres con un temple a toda prueba”, ¡pues que aguanten!


Las declaraciones del líder campesino fueron mas allá, dijo que derivado de las sequias y de la falta de apoyo por parte del Gobierno Federal, los indígenas no podían ni siquiera cultivar para su autoconsumo, además, de que sus artesanos (por cierto muy reconocidos por sus habilidades), eran tratados como peones del siglo XIX, pues aseguró, las tiendas de raya aun existían; además de señalar  que sus condiciones de vida  son precarias e inhumanas, sobre todo, en estas épocas de frío, cuando las temperaturas en la sierra bajan a menos cero grados centígrados. 

 Indigenas Tarahumaras.


El pueblo Tarahumara ha sido obligado a vivir en las sierras; despojado de sus tierras y víctima  de abusos contra su raza por la mano del “hombre civilizado”; vive en zonas totalmente marginadas, sin ningún servicio o acceso, pues se sabe que se tendrán que utilizar helicópteros para llevar los alimentos de “ayuda”, que más bien, son migajas para un pueblo que necesita progreso, desarrollo y  tecnología para hacer que sus tierras sean productivas; la marginación a la que ha sido sometido, lo está llevando al exterminio colectivo, algo que nuestra clase política tendrá que responder algún día, primero, ante el pueblo que pedirá justicia (de una manera u otra manera), y después, ante la historia, que guardará  un lugar para ellos en la lista de genocidas.