2 oct 2012

Periodismo sólo podrá ser salvado por la juventud.


Ricardo Flores Ríoblanco

Hay tantos periódicos y medios informativos que enumerarlos y clasificarlos aquí, sería perder el tiempo, y sólo por una razón: todos son dirigidos por intereses privados que buscan influir en las mentes de sus receptores, el pueblo en general. Al mismo tiempo moldean a su conveniencia la información sobre la realidad, sea en política, deportes o cualquier otra fuente de la que se ocupe.

Lo que hace estremecer, es que los periodistas que tanto dicen “defender” el oficio con “profesionalidad” y aseguran no tener ningún otro interés más que el de mantener “informado” al público, se han autoproclamado como “la verdad andante” e irrefutables ante cualquiera que opine lo contrario a lo que informan, pero no de lo que ellos piensan, sino de lo que su patrón decide (por eso les paga) que divulguen; esto es sobre la información y opiniones que tanto “defienden”.

     Hay mentes independientes en el campo que buscan transmitir la información con un sentido humano, con integridad periodística y criterio propio, pero su campo se ve cercado por la directiva del periódico (hay sus honrosas excepciones) que decide, de un plumazo, poner el encabezado de las notas que aportan dichos reporteros.


Como muestra un botón. Llama la atención la siguiente nota periodística publicada por  el diario “Novedades” de Quintana Roo, el cual decía en su encabezado: “Rebelión campesina domada por policías.” De inmediato me imaginé a los campesinos realizando un alzamiento en algún lugar de aquel hermoso estado, pero al leer el texto decía lo siguiente: “Agricultores del municipio de Bacalar que se manifestaban en Palacio de Gobierno para reclamar el pago de indemnizaciones por la pérdida de sus cultivos después del paso del huracán “Hernesto”, fueron contenidos por cuerpos de seguridad antimotines armados con gases lacrimógenos, armas cortas y escudos para impedir que los manifestantes” - ¿no eran rebeldes alzados?- “irrumpieran en la sede del ejecutivo.”


Vemos cómo el reportero informa objetivamente sobre los hechos que ocurrieron en el momento, algo digno de reconocer, pero, al mismo tiempo deja casi al aire las causas de la manifestación por parte de los campesinos, a quienes se les fue prometido un apoyo y que, hasta ahora, no se les ha dado nada más que intimidaciones por parte de funcionarios entrenados para ordenar intimidación contra los peticionarios a quienes el periódico llama “rebeldes”.

México necesita medios públicos donde el pueblo, la juventud, las organizaciones sociales y demás causas dignas, tengan una voz objetiva, sensible al momento de describir las condiciones de la clase trabajadora, que logre darle forma y razón a sus ideas y sentires más genuinos, que sepa recoger sus penas y plasmarlas de manera tal que el lector las sienta en carne viva, que haga remover sus entrañas y logre no tan sólo informarlo, sino dejarlo con la idea clara de lo que es el sufrir en la pobreza y, sobre todo, el  calvario de los que luchan para que las autoridades les cumplan compromisos. De otra manera, el abuso y el reportero, serán parte de una misa cadena.


Hoy, más que nunca, el periodismo necesita ser salvado de las pocas manos que lo controlan, que lo manchan de lodo y le dejan pudrirse en momentos de agitación social. Creo firmemente que serán los jóvenes quienes podrán salvarlo, siempre y cuando tomen conciencia de que viven en un sistema que explota a todos por igual, arrollando hasta la misma dignidad del ser humano, encerrándolo en una prisión que delimita sus capacidades, y desmorona su sensibilidad.