2 oct 2012

Volverás a Tlatelolco.

Chünte' Wiñik

La noche era negra,
tan negra como la tempestad que se avecinaba.
De repente
se oyeron los truenos que llegan desde el cielo
estremeciendo vigorosamente la tierra.
De la quietud, de los sueños y del silencio,
surgieron repentinamente
gritos, gemidos y voces clamorosas.
La tempestad traía consigo
ráfagas y truenos acompañados por la parca.

Se abrieron las puertas de las sombrías cavernas
para contener los dulces corazones
y encadenar los brillantes pensamientos
que alumbraban el camino de las masas.

Era la flor de la juventud
la que agonizaba
entre la tormenta de ira desatada,
despedíanse del mundo
cuando apenas su mundo amanecía.

¡Oh  juventud aguerrida!
Hoy quiero recordar que tus restos han sido destruidos,
escondidos y tomados cual trofeo de los carniceros.
Sin rituales ni honores a los guerreros,
acompañados con el silencio y la soledad,
sin pronunciamientos en los medios, pues se mantuvo el silencio.

Más
quiero que sepas que en los venideros tiempos
pisarás de vuelta las calles de Tlatelolco,
pues hoy, tus pensamientos inmortales
germinan en los cerebros de  tus hermanos,
conquistando el corazón de estudiantes, obreros y campesinos
con más brillos y coraje todavía.
Resurgiste de la nada, para convertirte en gigante,
recorres al país entero, bailando, cantando
y declamando poesías para los que de ellas carecen,
gritando a los cuatro vientos
la llegada de nuevos y mejores tiempos.
Tus pensamientos nunca mueren,
pues tus hermanos de hoy,
luchamos sin dar tregua alguna a los tiranos.

Temblaran los manchados de tu sangre el día de tu regreso decisivo.
Cuando tus ideales gobiernen las conciencias
con una claridad cristalina,
despertando la inquietud de los pueblos
levantando y desafiando a sus verdugos.
Temblarán los tiranos cuando avances,
cuando los siglos de opresión a su fin se acerquen;
cuando los pueblos levanten sus banderas,
embistiendo a los enemigos del pueblo
con tú ejército, nuestro ejército
que a cada paso acrecienta
el final de tus días de olvido
con nuevos amaneceres de lucha.