K. Vargas
Musas |
¿Escuchas ese hermoso pajarillo
que canta al pie de tu ventana?
Tus ojos quedan fijos, emprenden un largo viaje,
mientras un rizo dorado, travieso
juguetea en la fina sabana de tu espalda.
Y tus manos se deslizan sobre las finas teclas
del piano susurrando una y mil palabras,
desbordando deseo, pasión, llamas de amor, de
anhelo,
de locura, de rabia, de rebeldía, de blasfemia,
de cambio,
de movimiento, de futuro preñado de pasado, ¡de
historia!
Que se desprenden y fecundan el momento
que ya se augura seductor.
Tu corazón golpea el pecho con los dedos del
alma.
Tus lágrimas recorren su rostro,
él, desnudo, delirante con su canto,
seduce la vida en este olimpo que amanece.
Como aquel hermoso pajarillo
que canta al pie de tu ventana.
Que canta al pie de tu alma
y que te escribe este modesto poema.
La musa, poeta, viene y se va, pero nunca nos abandona. Siempre vuelve
cual enamorada fiel. ¡Ánimo poeta! que las musas siempre están cerca y en los
lugares que menos lo pensamos. Gracias por estos versos, pero nuestras
congratulaciones van a la musa que esto te inspiran. ¡Salud, poeta!
Sinceramente: Voz Activa.